octubre 06, 2012

METIENDO EL DEDO EN LA LLAGA

METIENDO EL DEDO EN LA LLAGA Este es un artículo de opinión no apto para fundamentalistas del eterno progreso como para conservadores de momias y fósiles El reclamo de dos fuerzas militarizadas de seguridad, creadas específicamente para el control de fronteras, rios y costas y transformadas en fuerzas policiales de represión política del gobierno, produjo innumerables efectos, sobre los que no se ha reflexionado, pero cuyas consecuencias estarán marcadamente presentes en lo por venir. Por acto de magia se borraron años de demonización de las fuerzas para mostrar que los represores que han puesto a enfrentar a quienes reclaman, son seres humamos de carne y hueso, comen, duermen y se agotan, tienen mujeres e hijos y sueñan como todos con una vida digna en que se los respete y se haga justicia con sus meritos y esfuerzos. Son capaces limpiar lo que ensucian y por el contrario de jóvenes estudiantes secundarios no invaden calles ni toman colegios e impiden el dictado de clases o de otros mayorcitos que paralizan el transporte público o la distribución de mercaderías de primera necesidad. Solo los políticos capaces de sacar tajada de un hueso se empecinan en no ver. Algunos solo ven lo negativo y este es el fondo de la cuestión: Dicen que se rompió la disciplina, la verticalidad, la cadena de mando y la jerarquía sin las cuales ninguna fuerza puede funcionar, lo cual es cierto, tampoco pueden funcionar una empresa, un taller o una familia; unos mandan por sus mayores conocimientos, capacidad y autoridad y otros obedecen. Jefes, generales y estrategas se reciben en la universidad de la vida y no en colegios y academias, que solo imparten conocimientos y son incapaces de formar personas con los atributos del mando y la necesaria responsabilidad. Lo que natura no da Salamanca no presta. Así como las personas o animales mueren, también mueren principios hábitos y tradiciones, porque al prostituirse dejan de ser lo que eran, carecen de razón de ser. Lo que muere se entierra, dejó de pertenecer al mundo de los vivos, en el contaminan y molestan. Una tira o una estrella como símbolo de autoridad son irrelevantes si no se la tiene naturalmente o se carece de responsabilidad y cojones suficientes para hacer lo que el subordinado no puede o no se anima. Como dicen que dice el Pepe Mujica: como le digo una cosa le digo la otra: no es posible irse de un extremo al otro, no puede reemplazarse la autoridad y la jerarquía por una democracia de mayorías que en el más piadoso sentido podrá ser un discutible sistema político de gobierno, pero al negar de raíz todo principio de orden solo genera caos donde se introduce, comprobaciones a la vista. Solos y espontáneamente aparecerán cual nuevas generaciones, los nuevos lideres, hay que dejarlos formarse, crecer y asumir responsabilidades, si no están a la altura de las circunstancias sus cabezas desaparecerán con más rapidez de lo que tardaron en destacarse. No hay que temerle a los cambios, es el signo de la vida; tampoco hay que tener la soberbia de dirigirlos: la diferencia entre evolución y revolución.

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