mayo 15, 2012

¿QUE SE DICE, QUE PASA?


Le hice la pregunta a boca de jarro la noche pasada a uno de mis hijos cuando recién entraba en casa a verme, había estado casi todo el día sin energía eléctrica y leyendo, desconectado de toda información.
La respuesta fue veraz, concisa, onomatopéyica y sintética; TIC TAC, TIC TAC, TIC TAC, es lo único que funciona.
Tal cual: diarios, radios y telediarios solo tienen dos o tres temas que instala el gobierno: Moyano, la pelea del gobernador Scioli con el vice que le impusieron para controlarlo y el felpudo nacional aceptó sin chistar; los barra brava, Macri y la basura que nunca estuvo entre sus prioridades resolver.
Los incidentes con los barras brava de independiente, porque se les fue la mano, monopolizaron la información 48 horas, hasta que alguien cayó en la cuenta que estos reclamos de ciudadanos comunes hartos de soportar abusos podían ser contagiosos como todos los hartazgos y vino como un rayo la orden de arriba de desactivar a las barras violentas. Conclusión nada se resolvió porque no hay voluntad de hacerlo, no sabemos hasta cuando, porque nunca se sabe por dónde va saltar la liebre.
No hablo de las difusoras del pensamiento único, sino de los autodenominados periodismo y prensa libre.
Nunca tuve duda alguna acerca cual era el final de este desquicio pero debo aceptar que viene mucho más rápido y es más grave que la peor pesadilla o quizás sea que cuando está a punto de materializarse comienza a doler.
Recordé un proyecto de borrador que guarde hace un tiempo con un titulo para encontrarlo: Estímulo repetido agota la sensación.
Miedo + miedo es menos miedo; dolor + dolor es anestesia.
Gente común, políticos, periodistas, comunicadores y hasta familiares de victimas, están sometidos a la presión de estímulos repetidos que no van a ninguna parte, conclusión: si no hay solución ni salida, mejor aceptar que esto no es tan malo, antes que intentar aventuras desconocidas de la mano de probados mentirosos fracasados.
Una técnica tan perversa como cualquier otra para construir irrefutables mayorías. Porque es un dogma sagrado de la religión democrática que las mayorías nunca se equivocan.
¿O porque cree que siempre es la misma docena de personajes que están en los titulares opinando y no representan a nada que no sea un sello de goma o enarbolan la bandera de un mítico finado?
Un país al que guían muertos y fantasmas, perdón, dejemos que descansen donde estén, porque los que recitan el guión apenas son sus traductores e intérpretes o utilizan su nombre y su firma para suscribir sus delirios personales.
¡Y bueno! Se puede pelear contra muchos pero no es posible hacerlo contra todos al menos mientras no baje un rayo de luz y comiencen a pensar por si mismos en vez de seguir los ilustrados consejos de los formadores de la opinión pública, casi todos ellos hasta ayer serviles al pensamiento único de la dictadura y hoy jugando de críticos, el miedo no es zonzo.
Seguiremos en la nuestra hasta que cambie el viento y comience a desparramar mayorías y ciegos o llegue lo que viene y comiencen a caer muñecos parados donde no deben.
No conozco mal que dure cien años ni tiento que no se corte.
Todavía me falta para los cien; pero tampoco me ilusiono con verlo me basta saber que llegará, quizás sea preferible que me llamen antes a rendir cuentas.
¿A cuántos tengo por buena gente que perderán la cabeza y hasta la pelusa que tienen en el bolsillo?
A estas alturas de la vida un dolor o una desilusión más deben ser difíciles de sobrellevar sin pedirse explicaciones por no haber sabido evitarlo.
La mochila con mis cuentas sin pagar ya está demasiado cargada para agregar más.
Dicen que en el otro lado está todo registrado y también dicen que ojos que no ven corazón que no siente, capaz que sirve para ir tirando, a mañeros y tercos no nos van a ganar. De todas maneras la suerte ya está echada.
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Hacia un invierno caliente

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