diciembre 13, 2011

NO JUGAR CON LOS ESPIRITUS


Dice la ciencia popular que las brujas no existen pero que las hay, las hay, también recomienda no jugar con vasos y mesas de tres patas convocando espíritus, especialmente cuando son de finados de muy mala leche.
La Usurpadora descubrió que reducir a su marido y predecesor a la categoría de fantasma era muy útil. Podía mandarlo, citarlo o ignorarlo según la conveniencia para convertirse en la única luminaria, pasarle todas las facturas que le dejó pendientes en vida antes que colaborará en darle el empujoncito final al otro mundo y apoderarse de su siniestro proyecto.

No es una loca idea, la exageración de lutos, y velorios hace presumir algún cargo de conciencia.
La historia enseña que el que se va nunca ha vuelto, pero la ficción, y acá vivimos con un pie en cada una enseña que tanto se invoca al lobo que al final aparece.
No me parece fantasioso pensar que El venga a demandarla porque va camino de arruinar su siniestro proyecto y de paso llevársela para que no nos joda más ni lo moleste, haciéndolo entrar de contrabando con ráfagas de viento.

El personaje se consideraba hombre importante como para entrar y salir de cualquier parte sin pedir permiso y hoy está reducido a esperar que lo citen o le dejen una puerta o ventana entreabierta.

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