julio 12, 2011

CORTADOS POR LA MISMA TIJERA


Me refiero a gobernantes, ministros y altos funcionarios, tanto en los paises como en organismos internacionales de cualquier tipo.
Debiera a mi criterio llamar la atención, pero en todas partes solo se preocupan por el ejemplar propio.
Pretender una generación de líderes excepcionales, sería un despropósito pero no deja de sorprenderme la unánime ordinaria mediocridad para ser cauto y generoso, tanto en lo intelectual como personal.
No se trata que haya un Carlomagno o un Alfonso X el Sabio en cada país, en sus tiempos fueron blanco de críticas impiadosas o cometieron errores humanos que hoy no perdonaríamos; solo el paso de los años agigantó sus figuras al madurar los frutos que dieron.
Pero de allí a un Bush, Obama, Clinton, Palin, Sarkozy, Cameron, Berlusconi, Rodríguez Zapatero y sus niñas bonitas, Correa, Chávez, Roussef, Lugo, Lula, los Kirchner y sus 40 ladrones; media un abismo.
En lo internacional las pandas de la ONU, OEA, OTAN, FMI, Banco Mundial, UE, UNESCO, OMS etc.
Sin ninguna duda lo peor de cada casa promovido a las cumbres.



Todos parecen productos diseñados por computadora. El perfecto idiota al que se le puede otorgar desde un Nóbel a cualquier cosa y asegurarle un retiro de lujo, para que viaje, de conferencias y coma fino como hacerle una cama y defenestrarlo de por vida.
La historia reciente de Strauss Kahn, el socialista director del FMI y aspirante a la presidencia de Francia, de un Sarkozy subido en un banquito o en punta de pies, de Obama exhibiendo su certificado de nacimiento para demostrar que puede ser presidente de EEUU o Bush en una escuela mientras el 11S los aviones se estrellan contra las torres o el pentágono son harto elocuentes. Berlusconi y Zapatero son un verdadero catálogo de desubicación y carencia de luces, un mínimo de dignidad personal o de respeto por el cargo que desempeñan. De los demás por razones de buen gusto más vale no entrar en detalles.



Si estos son los choferes ¿Cómo serán los que van en el ómnibus confiados en su conducción?
Reproduce a la perfección aquellos años terminales de Roma en que los emperadores divinos eran simples títeres de un par de ignorantes con grado de centuriones y un puñado de legionarios.
Podía verlo un ciego a semejante brillo cultural igualitario y democrático según el concepto actual seguiría la noche.
Es el producto final de las instituciones creadas por una perversa filosofía política cuyos males no se corrigen duplicando la dosis de veneno como predican los apóstoles del desastre.



De allí que no es ser apocalíptico ni fatalista esperar que lleguen los bárbaros a limpiar de raíz tanta basura; los que se dicen modernos, revolucionarios y progresistas siendo conservadores de momias y fósiles.
Esta vez como otras que fueron dolorosas el enemigo no esta afuera lo tenemos adentro o lo llevamos puesto.
De la misma manera que no se puede tapar el sol con la mano ni impedir que caiga el granizo o la lluvia no es posible resistirse a lo que debe ser para que podamos seguir siendo.
Que va a doler a todos no tengo duda, pero cualquier dolor es mejor que una interminable agonía.
Cuando lleguen, con profundo dolor seguiré en mis trece, resistiendo como se pueda,aún sabiendo que es una causa perdida.
Si tienen poder por un tiempo es porque lo recibieron de arriba, del Único que lo tiene, carece de sentido oponerse al azote de Dios. “Fiat voluntas tuas”



" Vivir como bárbaros, para poder seguir siendo romanos" palabras que puso en boca de una prófuga en estado semisalvaje de Aquileia destruida por Odoacro que ya tiene sus garras al pequeño Rómulo Augusto último emperador de Occidente ;Vitorio Massimo Manfredi en uno de sus libros: La última legión.


Una simple novela histórica literatura despreciable para los ilustrados.
No escribo para ellos sino para el hombre común, el que hace un culto del “mores maiorum” como único avío para transitar con dignidad este camino terrestre. Siempre tuve una profunda prevención y desprecio, que me confirmó la vida contra las academias y las modas de intelectuales.
Las mortajas para todos son iguales: sin bolsillos y en el último viaje no se permite equipaje, cada uno es libre de creer lo que quiera, yo creo en lo mío y por ello lo digo a viva voz; me enorgullece, queda para los otros avergonzase y escandalizarse de escucharlo.


Al último tribunal no se llevan pruebas ni testigos, se va con lo puesto o mejor dicho con lo que se vino al mundo, único momento y lugar en que la igualdad es cierta

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