mayo 22, 2011

NI INDIGNARNOS PODEMOS

NI “INDIGNARNOS” PODEMOS


Si bien se extienden como mancha de aceite, acá no los veo llegar, si bien hay mil razones más que en España.
En Europa nos llevan milenios de civilización acá les llevamos eras de experiencia, la de ellos y la nuestra.
Los argentinos aunque no parezca “Tenemos memoria, somos derechos y humanos”
Di bien la historia parece repetirse en todas partes en nuestras playas siempre es ramplona y ordinaria.
Solo trate de imaginar los chicos de FUBA, del Pellegrini, los caídos del sistema y jubilados; la tilinguería de clase media o los cajetillas barrio norte acampando todos juntos por días en la calle sin moverse del lugar. Antes verá canonizado a San Satanás que eso sea posible.
El primer día todos contra todos buscando el lugar de privilegio ante las cámaras.
Elimine el grupete citado y reemplácelo por tribus urbanas ¿Qué cambia? Ninguno dejara en su casa el disfraz o el look que los identifica, en América cualquier cosa es posible menos ser anónimo.
Al que suba una bandera lo atropellan o se van todos los que tengan otra.
Acá son todos militantes unos políticos otros sociales, gremiales etc. el sello del caudillo debe estar bien visible y hay que exhibirlo.



Nuestros “indignados” son vandálicos, queman trenes, destruyen autos y colegios, saquean negocios; contra los responsables de la política y el gobierno parecen no tener queja, son del mismo palo, comen de su mano.



Las protestas nunca se hacen en la ventanilla de reclamos, el principio es molestar a la mayoría para hacer más ruido; como siempre: parecer antes que ser, que son muchos y son malos. Los verdaderos molestados no pueden indignarse porque los protestantes con zona liberada los reprimen a palos. El libre y democrático fluir de los privilegios.




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