marzo 04, 2011

INFLACION




No es el único caso en que la moneda en vez de achicarse y degradarse se agranda, recuerdo que las liras y marcos alemanes de la guerra parecían sábanas. ¿Será un signo, es para que entren los ceros o para dar la sensación de algo grande e importante?
No debe descartarse la idea del componente psicológico de la inflación, por aquello que el que se quema con leche ve una vaca y llora.
Siendo los argentinos veteranos expertos en estas lides, el simple desmentido que se va a devaluar, provoca que al instante salgan todos a comprar dólares y remarcar precios, no es picardía ni inmoralidad, es legítima defensa.

No tema, usted, sabe que la economía no es mi fuerte, no opino de lo que no se, ni le voy a dar una pesadísima explicación económica de lo que todos saben desde que tienen que administrar sus casas y recursos, solo quiero recordar para las nuevas generaciones algo de lo vivido que no se podrá borrar. Quizás el componente que hace que en argentina, todas las teorías económicas se vayan al carajo.
De números e índices que se ocupen los que son expertos en ellos
Posiblemente los recuerdos estén desordenados cronológicamente, no es ese el objetivo ni imputar a este o aquel responsabilidades, en los años que llevo vividos nuestros gobernantes han sido lo mejor de los mala leche que esta tierra haya parido.

Cuando digo nuevas generaciones no hablo solo de jóvenes de 15 a 25 años, hablo de menores de 50. Mi primer recuerdo imborrable es el de un crédito personal del banco Francés a tres o cuatro años, tenía el crédito por ya pagado cuando recibo una carta intimándome el pago de las últimas dos cuotas, reviso mis papeles y era cierto. Ocurrió que el monto de las cuotas era menor que el gasto y el tiempo de ir a pagarlas y siendo despreciable la suma quedaron olvidadas.

Epocas en que el comprador de un 0 Km. a los 30/60 días recibía otro similar sin cargo. Se vivía de créditos con cuota fija que la inflación licuaba. El efectivo era oro en polvo siempre que lo gastase ya.

No podía durar y no duró, de un sopapo el péndulo que estaba en un extremo, con la circular 1050 pasó al otro y el endeudado de la noche a la mañana tuvo que vender a su mujer y sus hijas para poder pagar. Hoy solo se le recuerda a Martinez de Hoz el descalabro que armó su circular y se olvida, cuantos vivieron y comieron con el desmadre anterior.

Pasamos por la teblita, la hiper y la convertibilidad 1 a 1 en 10 años y los que hoy en un fin de semana largo viajan al interior y Mar del Plata iban a las ciudades fronterizas de Brasil y Paraguay a imponer el “déme dos” y traerse cualquier cosa por docena. Tiempos en que se cobraba dos y tres veces por mes. Los mecanismos administrativos no podían adaptarse a la velocidad de los cambios, Cuando sonaba el telex o la teletipo anunciando la llegada de recibos con algún ajuste de sueldos todos salían corriendo con el plástico a gastarlo.

Así fue, muchos ganaron otros se fundieron. Muchos tuvieron que aprender que se ganaba más, bajando las cortinas y no vendiendo y a los pocos días que acumular stock era una garantía de fundirse.
En una noche hubo quienes sabían lo que iba a pasar mientras roncaban triplicaron su capital y otros que lo perdieron.
Todo para que ahora nos tomen por idiotas con índices dibujados.

Por otra parte toque de refilón años atrás (dic.2007) la cuestión en un artículo que me dio grandes satisfacciones, al punto que fue publicado en Francia, Italia, Méjico, España y lo reedite tres veces. Como no resisto la tentación, al final encontrará el link por si no leyó: Política y economía en el siglo IV A.C.

La inflación es en ocasiones consecuencia y en otros causa querida para utilizarla icomo herramienta política (licuar deudas, destruir sociedades, transferir fondos de un sector a otro) teniendo a mano solo un Moreno, un Boudou o una Cristina que le de recetas de “milanesas para todos” se la puede disfrazar.

Su aparición debe analizarse no solo en relación a la gestión de los gobernantes sino en el contexto histórico mundial que les tocó actuar, hecha la salvedad lo invito a conocer un artículo solo con datos que no es sencillo reunir sobre la evolución de la inflación en argentina entre 1900 y 1990. Vale el reconocimiento a quien se tomó el trabajo. No pudiendo verificarlo, los presumo ciertos
Ver todo en el informador público
En la argentina de hoy en que estamos todos versados en derecho penal, diría que hay inflaciones accidentales, dolosas, culposas y preterintencionales; que hay formas simples y agravadas.
Alguna vez por la ley de probabilidades los mentirosos sin querer dicen alguna verdad para ocultar el gasto improductivo y la emisión desaforada
Que el queso, el jamón o el salmón rosado cuesten en Posadas el 100% más que en Buenos Aires, no es inflación, es robo descarado por asaltantes de caminos y estúpidos consumistas que lo toleran y le den la razón a los que hablan de reacomodamiento o que hay que caminar y buscar precios; pero casi 3000 Km. entre ida y vuelta no justifican seguir el consejo oficial.
Me quedaré otro tiempo sin esos manjares, llevo perdidas tantas cosas que otra más ni se nota, se vive igual esperando que algún emprendedor ingenioso desarrolle salmones rosados musculosos con envidiables lomos, que remonten el Paraná y vengan a desovar frente a nuestra costanera. En Yacyretá estaban previstos ascensores para los peces que viajan contra la corriente, ahora que la re re inauguraron supongo que funcionan como nuevos y no tienen que pagar peaje.

Política y economía en el siglo IV AC

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