julio 09, 2010

EL TIEMPO NO CURA, PRIMERO AGRAVA LUEGO ENTIERRA


Es continuación y conclusión del artículo de ayer “no habrá aumento para jubilados” por eso nada mejor para entrar en materia que de la mano de Elena Valero Narváez,”La plata de los jubilados no es de todos”
Es una verdad que la justicia tardía es arbitraria, que en economía las medidas tímidas y demoradas resultan carísimas, que en las familias ocultar problemas acaba en enfrentamientos salvajes y divorcios y en biología el que no corta el cordón cuando nace se muere.

En todo lo relacionado con el hombre hay un tiempo para cada cosa, sin importar si gusta o si duele, porque el tiempo es nuestra medida en este mundo.

La política es la ciencia que trata como se gobierna y administra la Res Pública, trabajo de humanos, por tanto no puede escapar a la regla.

Especular o anteponer a duros remedios supremas razones de paz social, conveniencia, de las instituciones, constituciones o pactos y la democracia electoral, cuando mueren cientos por día física y espiritualmente por lo que no se resuelve o lo que innecesariamente se complica, es una simple canallada.

PERO, maldita conjunción que siempre arruina magníficos razonamientos, el tiempo debe respetarse; hay un momento y cuando este llega, solas y misteriosamente se alinean las condiciones, como si un gigantesco imán les ordenase en que posición deben estar o dónde apuntar, tu para aquí, tu para allá y aparecen los hombres que no son los salvadores, sino simples herramientas para un momento y un trabajo determinado. Hasta el peor es bueno para algo.

Que pueden ser honestos ciudadanos o bestias peludas; pues para solo ajustar una tuerca o tensar un cabo es preferible una fuerte mano encallecida que la blanca y delicada de un señorito.

¡Que difícil ha sido y será que cada uno se atenga a lo que es, sin subirse al caballo y creerse “El elegido”!

El trágico sino de los que perdimos el Paraíso y tenemos que reconquistarlo en la tierra para cuando ya no estemos en ella. Cosa e’mandinga diría un vieja y no se equivoca, su mano está desde el principio haciendo zafarrancho, aunque dicen que la primera vez apareciese con forma de serpiente sin brazos ni manos.

¿No fueron Bruto con el guiño de Octaviano, futuro Augusto y la trenza del senado los que segaron la vida del Cesar Julio? No hubo un solo honesto romano en la conjura, llegó la hora y se amontonaron con aceros los peores, para hacer el trabajo por la “salvación de la república”
Zapatero a tus zapatos, para eliminar asesinos y sicarios, para construir ingenieros y humildes albañiles.

Si todos estamos en este mundo es porque alguna vez y para algo seremos necesarios según lo que decida nuestro libre albedrío. La elección solo nos afecta personalmente, hice lo que debía o deje de hacerlo; el plan se cumplirá indefectiblemente, lo hará uno u otro.
En mi criterio puede darle tantas vueltas a esta opinión como quiera y aplicarla a esto o aquello, pero seguirá siendo cierto, no es una opinión reversible, es de una sola cara.
Si usted recuerda, los purísimos republicanos que libraron Roma del César Julio trajeron a los peores déspotas, tiranos y degenerados. Al terror de Francia que estaba consumiendo sus propias cabezas lo sucedieron los Napoleones. La historia tiene sus tiempos, los humano que lo tenemos más breve, no resistimos la tentación de meter mano en lo que no conocemos ni entendemos, porque el nuestro es finito y se acaba. Los triunfos hay que gozarlos y no es lo mismo hacerlo a los 30 que a los 70, por eso el apuro.

Una cosa es quitar del medio algo que molesta y otra es esperar que caiga sin sostenerlo. Cuando está madura, cae la fruta o se pudre en el árbol. Tiempo al tiempo. Provocarlos un poco y dejarlos, solos harán el resto.

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