junio 18, 2010

LOS TAXIDERMISTAS




Por el Lic Gustavo Adolfo Bunse (15/6/2010)

La oposición hace un esfuerzo verdaderamente inaudito para lograr que el régimen no caiga. Actúan como si quisieran retenerlos eternamente.

Conscientes de que el matrimonio, en ambas gestiones… medidas en sus valores absolutos no puede desembocar en otra cosa que no sea un derrumbe, han decidido correr una especie de carrera desesperada para embalsamarlos y retornarlos… atados con alambre, al sillón de Rivadavia.

Juntos o separados, aislados o en equipo, en yunta falsa o escayolada, uno arriba y otro abajo… o viceversa. En un combo de la arqueología ideológica más olvidada, reciclados y acaso librados artificialmente de sus aromas propios de la putrefacción de cadáveres políticos, es como si estuvieran recibiendo el gran tratamiento “muy especial” recomendado por Pierre Boitard en 1825, en su famoso Tratado de Taxidermia (Manuel du Naturaliste Preparatèur).

Es según lo veo, nuestra saga de país que se merece lo peor, tristemente signado por un encadenamiento perpetuo… de escenarios malditos, arrojado… siempre a los peores rieles para que sobreviva respirando apenas después de los más perfectos descarrilamientos interminables que se hayan conocido.

Si viviera el genial Albert Camus, sin dudas les podría dedicar a este par de simuladores, varios capítulos de su importante obra.

Se preparan, con burlona parsimonia, para ponernos en escena una nueva y escabrosa singularidad en materia de sofismas :

Su continuidad inexorable

Algo que no estaba escrito todavía en los anales de la vida de los circos.

Una especie de aprovechamiento cruel de los últimos vestigios que le quedan al país, en su irrompible necesidad de seguir respirando en un sistema que se ha dado en llamar la democracia totalitaria, progresista y socialistoide de los países ovejunos.

Los taxidermistas de la oposición, son los radicales, los peronistas del jurásico inferior, los socialistas ortopédicos liberales, los independientes de aislamiento recalcitrante… en suma, todos… empeñados en formar una alfombra a cuadros donde cada uno no sume más de un 8 o 10 %.

Una alfombra lo suficientemente mullida para que transite pisoteándolos una vez más… con poca cosa… la pareja de abigeos resucitados tratada con algún precario menjunje taxidérmico.

Y los truhanes, tambaleantes pero sonriendo por la inutilidad de estos partisanos de la política opositora… tratarán de aprovechar ese último hálito de credibilidad que puede todavía rascarse en el fondo de la olla del agnosticismo político argentino que ellos mismos inyectaron lentamente a la sociedad… con su infinita paciencia de mercaderes de la fe.

Querrán ahora… escurrir hasta el menor destello moral de las pasiones sobrevivientes, para tomar de ellas sus últimas gotas de sangre caliente.

Como quitándose de encima la piel de un lagarto del género camaleónico ella llegará incluso a presentarse con unos nuevos perfiles de bondadosa sentimental y de plañidera… aprendidos del histrionismo criminal de su esposo y que sorprenderán hasta a los más incautos, mientras él regresa muy despacio, desde abajo de la roca húmeda donde ha morado como una lagartija.
Con fueros y con un cargo internacional a medida

Su raro regreso, algo más conciliador, falsamente sonriente y tímido, contrasta por estas horas - grotescamente - con aquel crispado compadrito que gritaba por doquier.

Y viendo la taxidermia… ya preparada sobre la mesa de los experimentos argentinos del último siglo, es muy difícil no indignarse cuando florece por todos los rincones una nueva oleada de adulones que pretenden contagiarnos una especie de efluvio laudatorio, mezcla de esperanza de curanderas con diagnóstico del café de la esquina .

Sin duda, hay incautos por doquier.

Se dirá que acaso ya hoy… han de ser los menos.

Pero no se puede perdonar de ningún modo a la pléyade de cómplices que les hacen de intérpretes bíblicos… para que puedan instalarnos, otra vez… su nuevo aborto de la naturaleza, su regreso, quizás adornado con un pacto social, con otra concentración “plural”, con el impresentable y ridículo “modelo de acumulación”, inspirado justamente nada menos que en acumular patrimonio personal en modo ilícito.

En suma : La cuadratura del círculo.

Los chispazos barrocos de diferenciación que exhibe ella, son en verdad su “ultima ratio”… cuando casi ya se había resignado a su propio duelo.

Aunque se la vea aparecer en el centro de la pista de un circo, con su marido lleno de moretones… le importa un bledo. En los papeles, tienen superpoderes y un razonable control de ambas cámaras.

Pagarán lo que les falte con la caja mágica de la recaudación de la comarca, convocando simplemente a los que se les antoje, empezando por el impresentable de Hugo Moyano, a quien le queman incienso en su peor mixtura… de temor y de odio.

Realmente, hay que hacer un gran esfuerzo para no advertir que toda la oposición se dedica a reciclar la misma parodia del circo itinerante que fue inspirada en la extorsión y en la sumisión federal con la caja del salvajismo impositivo.

Conatos de represión con la Gendarmería, contorsiones de libramiento de las rutas que ellos mismos estimularon a que se corten, entrevistas periodísticas arregladas hasta su último detalle y una tourneé de fantasía por el mundo exterior del que su marido nos aisló, son parte del terrible aborto de su nueva propuesta convocante.

El mundo occidental y oriental les han dicho crudamente que son un par de inútiles. Y ella no pudo contestarle a ninguno de los dos, ni con el retruco criollo de los empresarios “interesados” , ni con la ironía de una oposición resentida.

Y el empresariado advenedizo argentino con sus dos caras de Jano… casi llegó a refrendar en público la muerte de toda exportación e importación, con tal de tributarle un desagravio.

El Gran Laboratorio de la taxidermia ya está en marcha.

El Circo ha encendido sus luces para ver el retorno de este par de seres.

La carpa se ha levantado y todos los actores tienen ya sus caras pintadas y su nariz de plástico colocada.

La resucitación de los megaterios patagónicos es ya casi un logro de la política de todos nuestros contrapoderes inoperantes y mediocres.

Los incautos y los aduladores esperan la parodia de este nuevo aborto de la naturaleza.

Lo han decidido ya los tres grandes grupos de la ruina nacional :

1) Ellos mismos… entre gallos y medianoche.

2) La cáfila de ladrones del gremialismo argentino a quienes nadie eligió.

3) Los empresarios de la UIA, convertidos en alfombra de alto tránsito y visiblemente mareados por mil cambios de careta que debieron hacer.


Todos ellos… envueltos en la bandera azul y blanca… se disponen a ingresar a la historia universal de los reciclamientos en el carro triunfal de la hipocresía política más evidente que se haya conocido.

Los escoltan la impavidez de los idiotas, el servilismo de los inmorales y la distracción de los conformistas.

Un coro de ciegos, en la tribuna del circo, aplaudirá sus cabriolas de amor irrefrenable por un pueblo… pues ese coro nada verá… y sólo oirá en letanía, sus “valientes” estocadas hacia los taxidermistas.

Su populismo ideológico es hoy mucho más, una atrofia de la esencia dativa del género humano… que un atisbo elemental de cultura imprescindible, contenido en algún rapto de convicción sensible.

Es imposible para ellos, disimular su propia impotencia psíquica por la intriga de vivir o no vivir, más allá del rencor que arrastran ambos, ocultamente, en sus almas deshonestas.

Su odio, allí nacido, los ha convertido en un par de inadaptados que se privan de lo que ignoran… y que declinan… sin virtud… lo que no valoran

Y ese populismo ideológico, intubado hoy en nuestro nuevo laboratorio de taxidermia fingido hasta el delirio, es el que los inhibe del gozo propio, sencillamente porque ya se les nota demasiado que se esfuerzan en actuar siempre como vulgares tránsfugas del autosacrificio y de la generosidad.

Como mercaderes del renunciamiento ajeno.

…Y como fingidores del propio.


Lic Gustavo A. Bunse
gabunse@yahoo.com.ar



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