junio 11, 2010

EL PENDULO Y EL TIEMPO


Todos se quejan y todos suman.
Me refiero al mundo del espectáculo: teatro, televisión y política. Que ha llegado a los extremos vomitivos del vale todo. No obstante cada titular de un micrófono insiste en que la falta de educación es el mal a corregir, utilizando léxico de arrabal, conocimientos de analfabeto, promocionando bajas pasiones y mostrando como normal las peores miserias del ser humano como los nuevos exitosos ideales a imitar.
El procedimiento es exitoso lo imitan en pacíficos y respetuosos pueblos y ciudades del interior Alvear, Villegas, La Rioja, Corrientes, Maestros, policías y estudiantes

Al punto que creo que si no existiesen cada vez más violadores, ladrones y asesinos sería para preocuparse seriamente, nos habríamos convertido en zombies insensibles. Cuando se calienta la pava es para tomar mate, no para derramar el agua en la tierra.

Hemos llegado al extremo que ser legislador dirigente, productor, conductor artista o ministro; tener HIV, ser transvestido, homosexual, puta de utilería o simple marica amanerado confiere patente de corso para hacer y decir lo que les venga en gana con absoluta impunidad.

¡Esto no puede ser, se han pasado todos los límites! pontifican los mayores hipócritas que viven de ellos dándoles promoción. Afortunadamente sigue siendo cierto que en la falta está el castigo y que el péndulo siempre vuelve al otro extremo hasta que alcanza el equilibrio. Tiempo al tiempo. Hay alguien que sabe más, que decidirá sin apelación ni piquetes posibles, cuando ha llegado el momento. Nada ocurre porque si.
También es cierto que había mucha falsedad para barrer.

La cuestión se extiende a todos los órdenes: Si mintió la historia oficial de Mitre y Sarmiento, sin pudor también mienten los revisionistas, llámense Palacio, O’Donell, Pigna o Feinman y sus locutores.

Reitero una instructiva imagen histórica. Atila, el Azote de Dios, llegó como un rayo demolió de un solo galope lo que parecía eterno e indestructible y como vino desapareció para siempre.

No se deben perder la fe y la esperanza ni rasgarse las vestiduras, solo hay que estar en el lugar que se debe estar y con la mirada clavada en el punto de destino. La verdadera justicia tarda porque su sentencia es eterna. La nuestra tiene revisiones, amnistías y memoria histórica.

No hay comentarios: