julio 28, 2009

Lo que viene: 1º parte Presidencial o parlamentario

NADA MEJOR QUE EL PUEBLO FELIZ




Cuando el rió suena agua trae, si el absolutismo de zares y Borbones se cae, lo cambiamos por el terror de las checas o los sans culotte y lo llamamos República y democracia para que el pueblo idiota entienda que es algo distinto.

Comienza a difundirse la idea como remedio a la concentración de poder de la dictadura. De movida nomás se ve la pata de la sota.

Ese parlamentarismo con el que soñaban Alfonsin en su Pacto de Olivos y todos los social demócratas. Basta de presidencialismo fuerte, un primer ministro y una figurita decorativa. Una verdadera tortilla a la española. El republicano disfraz de la monarquía. Todos contentos con su cóctel Moncloa, un chorrito de republicanos otro de liberales monárquicos y unas gotas de los revulsivo social demócrata y fascismo corporativo, mucho hielo para que no queme y al buche.

El poder al Congreso, controlado con mano de hierro por los dueños del “aparato” los zares de los partidos. Diputado que cambia de partido, pierde la banca o no vota en línea con el jefe de bancada pierde la banca o el derecho al voto, pide el demócrata Alfonsín. ¿Este hombre tiene neuronas o arañas en el cerebro?

Si se nos hace difícil soportar un presidente porqué habría de ser mejor cargar con cientos legisladores en la mochila. De todas maneras el dueño y concentrador del poder seguirá siendo el que tenga la llave de la caja y si son varios jefes de partido que dan las mayorías para reacomodar partidas presupuestarias, pues habremos legitimado el Quid pro Quo o el toma y daca mafioso. La ley del más fuerte.

Apuestan a perdedor, al menos seis mil años de historia escrita lo certifican, el problema es cuantos ingenuos e inocentes quedarán en el camino.

En nuestro sistema, la concentración de poder solo es posible a través de la delegación de atribuciones del legislativo y un judicial superpoblados de sirvientes o ese engendro demócrata social de los decretos de necesidad y urgencia; un autócrata prepotente no basta, necesita cientos de mercenarios serviles disfrazados con distintos colores, de allí que estas dictaduras democráticas tengan poca vida, necesitan un bolsa sin fondo para pagar tanta coima, tantos mercenarios y sirvientes. Detrás de la propuesta claramente esta escondida una reforma constitucional que la perfeccione y baje una cortina de hierro ante cualquier intento de dar marcha atrás.
Reforma necesaria sin duda, recién cuando se haya depurado la perversión del sistema político, de lo contrario es suicida.

El verdadero problema esta en la raíz del sistema, la fraudulenta apelación a la soberanía popular que todo lo legitima por un lado y la nominación de impresentables por otro, ambos responsabilidad exclusiva de los todopoderosos jeques del mundo político, que arman a su medida, legalidades y sistemas de por vida para después meter a todos a palos dentro.

Con frecuencia nos tienta la solución más sencilla, romper el frasco porque fermentó y se llenó de hongos el contenido. Nadie se pregunta si la culpa no fue haber introducido dentro productos en descomposición o contaminados. La simple sugerencia ofendería a la Santa Egalitè.

Quizás ahora pueda comprenderse esa frase bonita y aparentemente vacía que cada tanto se repite, “los males de la democracia se curan con más democracia” Lo escribía días pasados ¿Lo envenenaron? ¡Tranquilo hombre! Bébase esta poción de cicuta.

Tiró la bola un ministro de la Corte, que quizás no midió lo que decía, ignorando que los jueces solo deben hablar por sus sentencias, porque sus opiniones personales desnaturalizan su función, a nadie le importan y suelen ser peligrosas, por su natural trascendencia.
Hoy la toxina se esparció, quizás buenas personas adhieren a la propuesta viendo el negro futuro que se viene encima, sin detenerse a reflexionar sobre lo que dicen ni sobre lo que es muy sabido: desensillar hasta que aclare o no se cambia de caballo en medio del río.

Nota: Mañana continúa 2º parte: LOS REFUNDADORES

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