junio 04, 2009

PERDON POR EL HUEVAZO



Superándonos cada día, salieron todos los hipócritas escandalizados por los huevazos que le tiraron al gobernador Scioli, o al jefe del bloque de diputados.

No hay que agredir proclaman, hay que confrontar ideas o protestar con pancartas al estilo de los chinos, las sufragistas o feministas y pacifistas americanos.

¿Sabrán estos superdotados intelectuales que es una agresión, o diligentemente le hacen el juego al gobierno puesto a victimizarse mientras arremete y provoca sin medida a todos?

No los fueron a buscar a sus casas, no les pusieron la mano encima, no les rompieron los autos ni las empavonaron de mierda a sus mujeres.
Simplemente estaban en sus casas y tuvieron que soportar que aquellos que los saquearon y violaron vinieran a burlarse y pavonearse festejando sus desmanes rodeados de un ejército de ocupación. Una descarada e intolerable provocación.

¿Qué pretenden Biolcati, Buzzi, Narváez y Macri. Que los argentinos pongan el lomo y sean carnudos y apaleados, mientras ellos hacen profesión de tolerancia democrática? Para después quejarse del pueblo manso que no reacciona.
Un esquizofrénico mensaje de psicópatas, en nada diferente de la desvergonzada pareja de dictadores de facto.
Debo señalar dos excepciones Felipe Solá y Elisa Carrió que tuvieron un flash de sentido común.
Están acorralando a las fieras, no se harán cargo de lo que venga porque no les entra en sus tolerantes cabezas huecas aquello de la Santa Ira.

No hay fotos o videos de esta “criminal agresión” que nadie vio, no hubo destrozos ni lesionados, solo el relato de cronistas locales; la prensa libre argentina está en plan de ahorro.

El valeroso gobernador estuvo nuevamente hoy miércoles en donde fue agredido, en vista que le habían perdón, el perdona (¡¡¡) ocupó militarmente un pueblo de diez mil almas, viajo en helicóptero y permaneció 40’ para hacer sus imperiosas necesidades.







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