marzo 02, 2009

REDISTRIBUIR ES SOVIETIZAR

FUENTE www.elconfidencial.com


Las imágenes del video dicen todo. El auto nacional viaja confiado hacia su futuro conducido por dementes, los acompañantes consienten con la hoja de ruta y prefieren conversar entre ellos y hacer planes que mirar afuera la realidad.


El proyecto con diversas etiquetas: nacionalizar, estatizar, intervenir o controlar, la comercialización y producción de granos para redistribuir riqueza, esta en el aire hace meses. Sea una versión u otra de las que circulan o extraoficialmente se admiten.


En la medida que se van agotando las posibilidades de dar otro manotazo y se rasca el fondo de la caja para encontrar una moneda, va tomando cuerpo.
Mi personal impresión es que se lo presenta como una bomba de humo, para amenazar con el diablo y soltar un viejo lobo cebado que se coma solo las ovejas y luego todos se junten a festejar y tomar champagne por haber derrotado a la tiranía. No es una figura fantástica, ya ocurrió y todos la vimos, aún hoy algunos festejan el voto No positivo.


Los anuncios suelen tener su propia dinámica, una vez que se los suelta tienen su propia vida y caminan solos. Este parece ser un caso.
Siendo inviable sería lo más destructivo que se les ha ocurrido.
Apoderarse de los fondos de los jubilados estatales y privados para financiar calefones y dibujar índices, perjudico a todos los pasivos y trabajadores aportantes.
Diputados y senadores que hoy se dicen rebeldes, lo aprobaron junto a la escandalosa fórmula de ajuste. El ministro que se comprometió a renunciar si se no se materializaban sus promesas, para que lo aprobaran sigue en su cargo. Es bueno creer, pero en ciertas ocasiones es propio de imbéciles.


La confiscación no les duró ni tres meses.


En este caso se destruiría la base económica del país que somos todos.
Los únicos que parecían no saberlo son los que van contentos a dialogar con poses de políticos prudentes y diplomáticos que se cuidan de no dinamitar puentes, en medio de los cañonazos que hacen pedazos el país.


Es inviable porque no conocen el paño que cortan, carecen de recursos humanos, capacidad, logística y financiación para implementarlo. Podrán recaudar un mes o dos, confiscando “manu militari” las existencias de granos que lo productores tienen en reserva para afrontar los gastos de la próxima siembra. Con eso les basta, después el abismo para todos. Ellos encontrarán otra yugular para sangrar.


Esta vez las consecuencias van mucho más allá del perjuicio a los afectados.
Venganza dicen muchos analistas, cuando en verdad sovietizar es el plan, para redistriubuir entre la “Nomenklatura”


El único efecto previsible con certeza, será enredar y destruir toda la cadena de producción y comercialización. Caerá el gobierno porque desaparecerá la nación. Con sus productores, comerciantes, industriales, trabajadores, empleados, políticos y dirigentes.


“El estado es nuestro o le prendemos fuego y no es de nadie”, es su máxima política.


Una vez que desaparecen las redes de relaciones económicas y sociales tejidas pacientemente durante décadas y generaciones con sus beneficios, errores, ajustes y emparches es imposible restablecerlas por decreto: Política de tierra arrasada se llama.


¿Quien es el demente que va a empeñar una moneda o perder una gota de sudor para ganar una elección y hacerse cargo de la papa caliente?
Por insólito que parezca, todos; comparten el gen autocrático colectivista, solo necesitan un sensiblero argumento, que tranquilice sus conciencias: redistribuir la riqueza, la pobreza estructural, defender al país y su gente de la crisis global.
Basta ver las alianzas que tejen, para recordar que entre bueyes no hay cornadas.

Sigo pensando lo mismo, hay que dejarlos solos para que se maneen con su propia baba venenosa. Si su locura irresponsable lo hace seguir adelante, el país entero se levantará para colgarlos sin necesidad de dirigentes ni representantes. El hombre llano no sabrá de economía, stocks o financiaciones, pero tiene un olfato especial para reconocer cuando viene la hambruna. No lee informaciones ni escucha discurso, le basta con ver las caras, percibir el tono, los gestos y poses. Siente su bolsillo vacío y la inseguridad de cada día. Mientras una víbora declama sobre inclusión, justicia y derechos humanos.


Una pueblada pues, si señor; sin ninguna duda la peor alternativa y la única posible frente a una dirigencia descerebrada. Una opción que a los políticos indigesta, elimina de cuajo su razón de ser, la intermediación parásita.


Caerán muchos inocentes para que no se extingan todos, es el doloroso precio que siempre se paga y quedará en la cuenta personal de los tolerantes dirigentes que veneran el “estado de derecho y la democracia perversa” Se es culpable por acción u omisión.

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