enero 16, 2009

SEDIMENTO


Después de una sucesión de días compartiendo la mesa y las horas con parientes, amigos y conocidos, todos bien dispuestos, con los mejores deseos y esperanzas de tiempos mejores, queda un sedimento que esta vez resulta amargo. Para dar buenas noticias están los medios oficiales y la yunta gobernante, que cobran y viven de eso.

Todos a la búsqueda de soluciones y buenas propuestas, confundiendo solución con expresión de deseos. Que sea suavecito, sin dolor, por los debidos carriles y que ocurra pronto.

Sana y loable la intención, que no deja de ser una expresión de deseos, divorciada de la realidad.

Un rápido recuento de ellas y las objeciones que me merecen.
1.- Que se una la oposición y gane las elecciones legislativas. Con las mismas listas sábana que nadie toca, es solo cambiar el apellido de un aventurero analfabeto por otro. Abrirle la puerta a los muertos de hambre mendigantes, para que pacten con el poder como permanecer y llenar su bolsa. ¿Quienes son los intocables dirigentes que designaran a dedo a los candidatos? Duhalde, Sola, Macri, Carrió, la CTA, la CCC, la pata peronista, Binner, Reutemann, Schiaretti, Rodríguez Saa, Puerta etc.
Repartir la torta es poner diez López, Fernández, Esquenazi, Bonafini, Carlotto, Rossi, por cada uno que hay ahora.

2.- Que vuelvan los militares, un viejo vicio de los civiles cuando se les quema el estofado, para después de probarlo, maldecirlo y decir ¡Que asco!
Los militares están para la guerra y los civiles para consolidar y mantener la paz, gobernando. Zapatero a tus zapatos. También suele decirse que el que rompe paga y en este destrozo no hay militares, pareciera que llegó la cuenta y todos son “Durañona” o tienen un yacaré en el bolsillo.

3.- El problema es que la gente es muy mansa e ignorante y no reacciona. Trate esta afirmación en otras oportunidades. Los pueblos solo se mueven como manada detrás de demagogos y siempre se equivocan. La quietud no es sinónimo de conformidad, en este caso es sabia prudencia por desconfianza. Un pueblo que espontáneamente no se moviliza jamás se equivoca. Hay límites que siempre llegan y ese día no será reacción ni movilización sino santa ira, Dios nos libre.
¡Insólito! Los mismos que piden orden y cambios en paz, se quejan porque no hay desmanes, tumultos y una guerra civil. La cuestión pasa por cargarle el fardo a otro.

Si hay verdadera Fe la solución está en las conclusiones del artículo siguiente que complementa a este. Sólo el Señor del tiempo y de la historia sabe lo que conviene en cada momento y lugar. Si no la hay, estamos parados en el lugar equivocado.

La Santidad, el sacrificio y la bondad de Haakon (leer articulo siguiente) no pueden solucionar lo que no conoce, solo somos herramientas, para hacer aquello que esta previsto en su momento. La libertad reside en la potencia de hacerlo o abstenerse. Tener presente que el silencio es un mensaje, vale (*)

(*) No adhiero a modas idiomáticas, en este caso un “españolismo” para repetir por boca de ganso. Es latín coloquial, equivalente a nuestro adiós, despedida, asunto terminado, que es precisamente el significado con que ha sobrevivido en el castellano y se lo usa en España.

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