enero 28, 2009

LA IMPREVISION NO ES PLAGA


La sequía es una eventualidad natural y periódica, se vive como un castigo cuando los productores por imprevisión o a consecuencia de la política de devastación agropecuaria carecen de recursos para paliarla, asegurándose forraje para sus animales, los cultivos no tienen otro remedio que una reserva financiera que permita pasar el mal trago.

Si termina la sequía, es previsible que aparecerán las mangas de langosta, que desde hace años se vienen extendiendo desde el noroeste y el sur, sin que el gobierno se de por enterado, ya es tarde para detenerla han desovado, solo necesitan la humedad de la lluvia.

La próxima campaña no habrá sequía, la langosta se encargará de no dejar en pié una espiga o un brote de pasto.

Hay muchos que lo ignoran porque hace años que la tucura había sido prácticamente erradicada. Desaparecieron los gobiernos y volvió la langosta, que desde hace milenios siempre esta esperando otra oportunidad. Tuve ocasión de ver siendo muy chico las últimas grandes mangas en acción, en la Provincia de Buenos Aires, un espectáculo dantesco capaz de hacer llorar al más duro y que no se puede olvidar.

¿Y yo qué puedo hacer? Se preguntará usted.

Puede consumir y gastar todo lo que pueda y endeudarse si le quedó algo por comprar, como aconseja el gobierno o implementar una economía de guerra como dice el sentido común, eso si, después no llame plaga, cambio climático o crisis global a la imprevisión irresponsable.

Recuerde que si no hay cosecha, el problema no es solo la harina y el pan, no hay carne, no hay leche, no hay pollos ni huevos, se caerán el comercio, la industria y los servicios, precisamente cuando se muestre la crisis contra la que estábamos blindados, NO HAY NI SE VENDE NADA. Lo único que aumenta es la delincuencia y eso el INDEC no lo puede sumar a la producción ni se puede exportar, para que la gilada respire tranquila ante los buenos índices macroeconómicos. Esos que hacen babearse de satisfacción a los economistas oficiales, pero los micro argentinos no podemos ver ni sentir.

¿Le parece muy pálida? Píntela de divertidos colores, es solo una parte de lo que hay.

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