noviembre 04, 2008

DELINCUENCIA JUVENIL





2º parte

Corren ríos de tinta, foros, discursos y particularmente una desaforada improvisación e hipocresía en el tema.

Cuesta incluso definir quienes están de un lado o del otro. Que si es la sociedad, la pobreza, la exclusión social, el estado, los padres, los maestros, la policía, las leyes o los jueces. Me cae de maduro que todos extienden el dedo acusador y miran fijo al de al lado, una bonita manera de limpiarse la conciencia.

Sociedad, padres, estados, policías, leyes, jueces y pobreza hubo siempre y los menores solo cometían tropelías o delitos de menores robos, hurtos aprovechando su rapidez y agilidad, sin necesidad de agredir y matar. Había respeto sin necesidad de escuelas, educadores ni psicopedagogos. Hoy se regalan derechos gratuitos a todos y se los libera de obligaciones.

Derecho de hacer o no hacer, de tener y elegir lo que se le antoja. Se constituyeron, deshicieron y rearmaron familias en todas las épocas como producto de la necesidad, las migraciones o la guerra, pero los valores persistieron por las buenas o a cintarazos en la casa y en su defecto a palos en la calle.

Cultura consumista, el demagógico derecho a todo o la justificación que convierte al victimario en víctima, allí están las causas que todos conocen y nadie menciona porque tienen la cola sucia.
Tanto tienes y tanto exhibes tanto vales, es la síntesis del éxito. Como es posible sancionar a quien va tras el, tentado por los mensajes de los medios de comunicación o los discursos de los grandes por la vía rápida porque tiene derecho.

¿Si el estado roba y estafa sin que pase nada, por que privarse de hacerlo? La vieja ley de la selva se mata o se muere. Robo o me roban, atropello o me pasan por arriba; entre las bestias el bien y el mal no determinan conductas. En el submundo de los que no tienen nombre, familia ni antecedentes solo la fama de bravo se respeta.

Quedan pendientes, siempre escondidos en segunda línea, los traficantes y mercaderes del delito. La narco-política, los proveedores de tecnologías, zonas liberadas, abogados, derechos humanos, sentencias acomodadas y libertades condicionales. Todo a cambio de parte del botín y conservar la vida, estos personajes tienen muy en claro que hasta el derecho a delinquir tienen obligaciones, aunque vivan declamando lo contrario.

Si no se apunta a las verdaderas causas, la solución final, siempre llega, de la mano de algún pesado.

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