julio 11, 2008

UNA MANO FUERTE ESTA PRESENTE

LOS CAMINOS INESCRUTABLES DE LA PROVIDENCIA

La coherencia del pensamiento no es una virtud pero debiera serlo, se nutre de la fidelidad.
En esta página desde su origen, las opiniones han sido críticas; esto no, aquello tampoco, porque subyacía una convicción, expresamente escrita en muchos artículos.
La vida es solo un camino a recorrer, una pequeña representación de la historia. En el camino no se proyectan y construyen formidables y ordenadas ciudades para abandonarlas al día siguiente, continuar la marcha y dejarles el muerto de mantenerlas a los que vienen que no pidieron fantásticos Mausoleos o Pirámides para guardar huesos.

Esta información casi perdida que no fue motivo de comentarios y posiblemente muchos ignoren, es la prueba irrefutable de como se abren los inescrutables caminos de la Providencia, casualidad le llaman los agnósticos, la historia no la construye el azar sino los hombres que por lo general sin creerlo y sin saberlo actúan en un instante como herramientas de una voluntad superior. No es negar el libre albedrío, cada uno hace aquello que decide hacer, como de costumbre ignorando o desentendiéndose en acciones que se juzgan irrelevantes, de las consecuencias. Se dice que nada ocurre porque si y es cierto.

Hay ciegos que no ven y necios que niegan la evidencia, no son buenos consejeros ni analistas.
Hoy podrán reflexionar sobre la cuestión los involucrados y sus jefes de bloque, al mejor cazador se le escapa la liebre. ¿Por qué ocurrió? Pretender atribuir intencionalidades es propio de los que buscan culpables para que no los miren.

Los caminos de la Providencia son inescrutables, le cuesta aceptarlo al moderno hombre-dios que todo lo sabe, todo lo toca y pretende modificarlo, ya se verá el verdadero sentido que ocurra en esta dirección y no en otra.

El caso de la votación es puntual, pero en lo que va del año se repiten en forma casi cotidiana, hechos que se vuelven en contra de sus autores, desnudando mentiras anteriores que permanecían semiocultas, anuncios delirantes que se caen solos por la magnitud de la falacia. Giras, visitas, discursos, todo en lugar sumar termina restando. Exceden sin dudas toda posibilidad de atribuirlo a casualidades o humanos errores.

Una fracción de segundo es el tiempo que determina un accidente y la muerte, a condición que muchos otros estén sin saberlo, en el lugar y el momento adecuado, por una cadena de libres decisiones personales. Vale para pensar y reflexionar.

Pretendiendo ser coherente, tratare de apartarme de nuestra realidad por unos días, no me gusta lo que pasa ni lo que se proyecta, llámese marcha federal o tolderías, me desagradan las discusiones bizantinas y las ilusiones voluntaristas; quizás por absurdo que me parezca, sean uno de los caminos, no se puede ir contra la historia.
Sólo pido que Dios nos ilumine a todos, porque se juega lo poco que nos queda.

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