julio 13, 2008

REACCIONES Y REFLEJOS CONDICIONADOS


Las espontáneas no son buenas ni malas, en verdad creería que ni siquiera son, porque carecen de entidad propia. Aparecen en virtud de una ley de la física “toda fuerza o acción genera otra (reacción) del mismo valor y sentido contrario” La sola enunciación de su esencia explica sus características. Aparecen, desaparecen y dependen de la acción de la fuerza que les dio origen, que determina el rango de su valor y la dirección de su acción.

No se pueden transpolar alegremente principios de una ciencia exacta, la física, a otras inexactas y absolutamente teóricas como la sociología y la política, pero vale el esfuerzo; el objeto de ambas es un montoncito de átomos y moléculas. Solo la libertad y el raciocinio distinguen a los humanos de animales, vegetales y piedras, pero están ausentes en el conjunto que definimos como sociedad y política.

Ciencias con el mismo objeto, que tienen como sujeto los mismos elementos ya van queriendo ser parientes, al menos en el ADN que las rige.

Vale la introducción y la licencia argumental para crear una imagen, atendiendo la permanente presencia de “los espontáneos y los condicionados” en nuestra realidad cotidiana y como forma de explicar algunos errores e incoherencias que adornan y mantienen este conflicto, que se insiste en presentar como un enfrentamiento mentiroso sobre producción, precios, hectáreas, toneladas, grandes y chicos, minimizando a un problema de intereses sectoriales, lo que es nacional y de todos. En rigor la cuestión solo pasa por una problema de principios que no es posible negociar ni someter al trueque: el avasallamiento del derecho y la libertad no se cambian por espejitos de colores.

En Argentina las fuerzas que actúan generando reacciones dejaron de ser accidentales y dependientes de las propias tensiones sociales o económicas, se las ha domesticado y convertido en herramientas de acción política. Una aplicación práctica de las viejas experiencias de reflejos condicionados del ruso Pavlov, con ratones de laboratorio. Que el soviet político aplicó exitosamente a la agitación y propaganda ideológica, complementándolo con el lavado de cerebro y la resocialización. Espontáneos solo en apariencia, en rigor irracionales condicionados a responder a un estímulo.

Los hemos visto hace unos años en saqueos de comercios y supermercados, recientemente en los salvajes paros del transporte urbano sin aviso, buscando justicia por mano propia, en ocasión de discursos preñados de agresiones y mentiras, en cortes de rutas, por la detención arbitraria de algún dirigente, incluso para evitar el calificativo de “golpistas” ir corriendo a negociar principios por monedas.
Ante la sola presencia de una fuerza de seguridad, con su intimidatorio disfraz de Hoplitas griegos marcando el paso pírrico.
No es una novedad, a poco que se haga memoria es el método desde hace cinco años de sumar poder controlando con prebendas y concesiones de seguir existiendo, al gobierno y a la oposición, inventando y suprimiendo personajes y referentes de acuerdo a la conveniencia, para motorizar protestas o desactivarlas, todo se mueve al ritmo del que aplica la fuerza.
A mi entender la única explicación para que una banda de forajidos carentes de moral y límites, pueda someter a su antojo a un país, al que no le falta gente lúcida y pensante. El permanente bombardeo con anuncios de despropósitos e iniciativas delirantes, termina mezclando escombros, basura y lodo en el ambiente, impidiendo ver y razonar con claridad. Referentes, medios y prensa envenenan el planteo y sacando las cuestiones de su eje.
Por eso desde hace unos meses exhiben una incoercible diarrea verbal y no paran de hacer actos, es la forma de sacudir un rebencazo o clavar las espuelas en los ijares, para que la bestia irracional apure el paso o salte hacia donde no le conviene.

Se impone dejar de actuar como títeres o marionetas y comenzar a ser personas libres, responsables de sus derechos y obligaciones.
Zapatero a tus zapatos dice el aforismo, mantenerse dentro de los propios límites, cada lechón en su teta es el modo de mamar, los abogados a pelear con sus medias bibliotecas, los políticos a desenmarañar las trampas legislativas, que por lo visto los están superando por estar atados a corporativos códigos mafiosos. Los ciudadanos llanos a utilizar el sentido común: no existe argumento ni razón para dar vuelta “un no quiero o no acepto”; no debe preocupar ni acomplejar, no ser democrático si ese es el nombre moderno del absolutismo. ¿Acaso no es discriminatorio según los principios que proclaman, calificar para separar?

La elección no es difícil o nos movemos por convicciones o al ritmo del látigo, riendas y espuelas. Las convicciones se sostienen, no cambian como veleta al impulso de la dirección del viento.

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