abril 25, 2008

EN LAS VISPERAS

LA EXPERIENCIA ENSEÑA O NO SIRVE



Anoche nos dormimos con el discurso más envenenado y provocadaor de Néstor Kirchner, la cínica ponzoña de su mujer y la renuncia de Martin Lousteau, ministro sin cartera. Tres noticias que no ameritan un solo párrafo.
Estan deliberadamente procando la ira, porque de su mano llegan los errores y excesos.

Después de 21 días de paro agropecuario y un mes de besuqueos y franela al “cuete” en la mesa de diálogo, corresponde un balance para asimilar experiencias.

He reunido desde las cuatro esquinas, despachos, veredas, comercios, mesas de café, opiniones de los que miran desde arriba, de los que lo hacen de frente y de los que no levantan la vista del suelo. La sorpresa fue la gran coincidencia de casi todas.

No tienen dueño ni derechos de autor, sírvase son suyas para que las haga llegar donde corresponde. La decisión acerca de si son viables o convenientes a otros corresponde.
Hay opiniones de dejar de comercializar en un principio, con presencia solo testimonial en las rutas, para marcar carneros. Teniendo listos los cortes como respuesta al primer apriete. Siendo previsible que habrá más de un apriete debiera calcularse, más de una respuesta. Definitivamente no me gusta. En la moderación y prudencia se esconde una trampa. Condicionar las propias decisiones a los que tienen por sistema doblar la apuesta, tienen con que y lo van hacer, exponiéndose a llegar hasta donde otros quieran. Un camino sin retorno, o se pisa el acelerador o se levanta la bandera blanca.

Si se llegara a la instancia de cortes o control de las cargas transportadas, no debe caerse en el error de amontonar camiones, que es sumar problemas sin necesidad o el transportista pasa y sigue su ruta o se vuelve por donde vino, a devolver la carga.

El fantasma del desabastecimiento y aumentos de precios, que con paro o sin el están presentes (¿no faltan combustibles y la carne sigue en aumento?) serán el eje de la desinformación, no hay manera de neutralizarla, controlan con puño de hierro todos los medios de comunicación; se debe asumir el riesgo de un mal necesario para bien de todos, esperando que se enreden en sus confusas explicaciones y abran solos otro frente de conflicto, es la especialidad oficial. La única alternativa es con el consentimiento escrito de los propietarios, distribuir gratuitamente mercaderías bloqueadas. “la comida no se tira” Lo contrario sería confiscación, una acción que a todos causa repulsión.

Se que no se puede tratar una gangrena sin una amputación a tiempo, es penoso. pero debe reclamarse a los prudentes y conciliadores que la llevaron a la larga. Lo que se arreglaba con un dedo o un pié termina costando la pierna entera.

Los cortes debieran pensarse como móviles, para poder trasladarlos ante cualquier emergencia, sin olvidar observadores por delante, detrás y caminos alternativos para conocer movimientos extraños.

No se puede obligar por la fuerza que adhieran, quienes no están de acuerdo, pero si se deben hacerse públicos de inmediato los nombres, de aquellos que continúan con sus negocios, especulando con recibir los beneficios del paro. Las sanciones sociales o comerciales a que de lugar, aislarlos como a los leprosos, es decisión de los vecinos. Ello implica registrar matrícula e identificación, día y hora de todo vehiculo que circule por tierra o aire, sea oficial o privado.
Un reflector o busca huellas frente a una lente, ciega a la cámara más pintada. Es posible interferir y bloquear micrófonos y grabadores.

Las empresas de comunicación, diarios, radios y TV, no son un aliado para comunicar y mostrar, la información para ellos es solo una moneda de cambio para sus propios negocios, la usan o la esconden, son el peor enemigo, todo se edita y falsea. No se privan al momento de reproducir, de agregar una “voz en off” para dar vuelta todo, e interpretar a su gusto imágenes y palabras. Hay miles de cámaras y teléfonos móviles para registrar, filmar y subir a Internet o hacer circular. No tendrá la misma difusión pero al menos no patea en contra.

Toda prevención es poca con quienes van a poner toda la carne envenenada a la parrilla.
Hay otras ideas dando vueltas, contra las que no hay atriles, matones, sanciones, ni desinformación posible. Primero apuesten señores, después se muestran las cartas.


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