septiembre 07, 2007

¿Y ahora que hacemos?

¿Esta mal el no participar, no involucrarse, no utilizar la opción democrática de las elecciones para cambiar un gobierno? Responderlo exige saber dónde se está parado.
¿Hay un estado de derecho con pleno funcionamiento y respeto por las instituciones y normas legales o vivimos en un estado de permanente conflicto y violación de todas las normas, derechos y garantías?

No se entretiene a un paciente con drogas y antibióticos cuando la gangrena avanza a ojos vista. Ni se abandona la trinchera con dos jarros de cerveza, un cuenco de aceitunas, hogazas de pan, jamón y queso para consensuar con el contrario en medio de la guerra. Amputar en un caso y apretar el gatillo en el otro es la única alternativa. De esto nadie duda ¿A qué le estamos dando tanta vuelta? Hay un tiempo para cada cosa; viejo y sabio.


Si no es tiempo de jugar al estado de derecho con las herramientas que proveen sus instituciones, es porque los “participasionistas” lo gastaron, dejando avanzar el mal más allá del punto de no retorno. Situación que ni en sueños pudieron prever los organizadores de la Nación, pese a que el país nació de una revolución que manu militari terminó con un régimen político-institucional para reemplazarlo por otro.

Escasos doscientos años de historia propia, la anterior parece que era ajena, nacimos de un repollo. Han demostrado que el procedimiento, es erróneo. Hay una explicación para haberlo reiterado, si lo encierran en su casa, tapiando puertas y ventanas y le prenden fuego hay una sola forma de salir, romperlas a patadas. Si además le pegan y lo condenan por romper la puerta, estamos jodidos.


Me pregunto si participar de un acto electoral, con la pretensión de ganar y ser gobierno; no es más ni menos que avalar la gestión actual y convalidar el resultado, en cuanto a que existen suficientes derechos y garantías; desmintiendo de hecho todas las acusaciones que se hacen acerca de índices, datos e información falsa acerca del verdadero estado de situación del país. O se miente al acusar y denunciar o se hace gala de una irresponsabilidad criminal al pretender asumir un gobierno sin beneficio de inventario. Con demagógicas propuestas cuya posibilidad de cumplir se desconocen, voluntarismo puro. La historia reciente es reiterativa en el tema, siempre la culpa es del anterior ¿acaso no se sabía y por eso se lo reemplazó?

Debatir acerca si este o el otro es mejor jugador, si juegan todos o si se plantea un mano a mano, es para la carcajada si no fuese tragedia. No hay nada que hablar cuando todos saben que las cartas están marcadas. El que se sienta jugar en una mesa de tahúres ya perdió antes de empezar.

¡Un solo argumento en contra por favor!


Fue el Nudo Gordiano de todos los tiempos y sociedades. La muerte natural o en su defecto convenientemente asistida (veneno o acero) un equivalente de la espada de Alejandro fue el supremo recurso para deshacerlo. ”Los tiranos no se van, los sacan con los pies para adelante” un dicho que sintetiza una verdad muy probada en el tiempo.

No obstante, habrá elecciones, si por algún inescrutable camino, no llega ayuda; una abstención es impensable, cuando todos quieren ser segundos, para acceder al trono dorado de jefe de la oposición, protegido de la avalancha que se viene y sin responsabilidades. Habrá que pagar la “fiesta de la democracia electoral”

¿Quién es más culpable, el que peca por la paga o el que paga por pecar?


1 comentario:

Anónimo dijo...

SCHT, silencio no hay argumentos en contra.