junio 04, 2007

Elecciones: A tapar el resultado

Confundir es la consigna. La señora K, aquella que vive de representación pero que no representa a nadie, levanta la mano de Filmus en señal de victoria, aún cuando éste quedó en segundo lugar a más de 22 puntos de distancia de Macri que prácticamente duplica sus votos.
(foto La Nación.com.ar)

Sin explicación se demoró el resultado de la elección como nunca ocurrió; conocimos resultados informados con cuente gota, mesas perdidas en la geografía, pero esto fue nuevo. Horas después apareció la pata de la sota: había que unificar el mensaje. A una; funcionarios, periodistas, encuestadores y analistas respondieron a la consigna: tapar el resultado.
Hasta el cansancio la verdadera cuestión fue opinar que la Sra. Carrió era la gran perdedora y que Macri si bien “perforó su techo histórico” no tenía más plafond. Del sucio y tremendo esfuerzo oficial para fracasar nada.
En verdad quedó en evidencia que aquel ridículo 20% del gobierno es su techo absoluto más allá del 80% de imagen positiva.
Que la mítica Carrió y su Contrato Social bajo el brazo, fue la gran derrotada es intrascendente al lado del otro mito que se hizo polvo y nadie mencionó: el sagrado progresismo porteño.
Hasta el destituido y devaluado Ibarra tuvo más votos que la lista oficial Kirchnerista, todos progre-terroristas.
Había que mirar el medio vaso vació, no importa cuantos votaron a Macri, lo que importaba es que eran más los que no lo votaron y se sentencia que no lo votarán nunca. Curiosidades proféticas argentinas.
Hay que esconder al responsable y se lo tapió en Olivos herméticamente, fugazmente sacaron la figurita de recambio como para mostrar algo.
En mi opinión la que vale es la primera, más aún con el porcentaje y la diferencia obtenida; la segunda se pacta, se compra o se embarra. Es una segunda campaña exclusiva para mentirosos y cerdos. Solo con muy malas artes se puede remontar el aplastante resultado.
No valen profecías acerca de quien finalmente gana, pero si cuenta una clara evidencia, pierde la permanente agresión y mentira; cansaron, hay bronca.

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