junio 01, 2007

El arte de perder

Debe reconocerse el mérito de fracasar en todo lo que se emprende, no es fácil eludir la ley de probabilidades y sin quererlo conseguir un éxito por casualidad. Tal es el caso del Ministro de Salud Pública, más conocido como el Dr. La Muerte por su empecinamiento en destruir la vida e impedir que se conciba, liberar el mercado a medicamentos falsificados y desentenderse de la prevención.
Después de los previsibles y nulos resultados de los repartos de preservativos, las generosos entregas gratuitas y sin control médico, violando leyes nacionales y reglamentaciones de salud pública de hormonas femeninas, reconoce públicamente que la ley que propició sobre donación de órganos no ha dado ningún resultado, no obstante que se apropió del cuerpo agónico y los cadáveres de todos los argentinos, declarados por ley “donantes presuntos”.
Sólo un imbécil (el término es castizo y médico) podía pensar otra cosa.
Últimamente hemos sido nuevamente agredidos por noticieros reclamando un pulmón, un corazón etc. Como si los atesoráramos en el congelador o en el ropero, sometiendo a las familias de los pacientes a un indigno e inmoral vía crucis por todos los medios de comunicación. Otra verdadera canallada del fracasado profesional de la medicina.
Hoy encabeza, para “prestigiarla”, la lista de Diputados de otro fracasado, su colega Ministro de Educación, ambos casualmente ministros de nada; uno no tiene hospitales, el otro sin escuelas ni universidades, ambos se especializan en fastuosos proyectos y emprendimientos que nunca funcionan.
El domingo, La Muerte, agregará otra cucarda a su colección. ¡Peligro Buenos Aires! La Muerte y un asesino van a legislar y un reprobado quiere enseñar a gobernar.
" Un fracaso para Ginés: A un año de la ley del donante presunto, casi no aumentó la donación de órganos"

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