octubre 06, 2006

Sudamérica en el congelador

La conducción de una Nación es una difícil tarea y no es para cualquiera, cuando las políticas internas se atan a caballos ajenos la cuestión se pone imposible. No quiero volver al manejo de los tiempos para no cansar, pero flota en el ambiente.
Suele ocurrir que las demandas internas obligan a regular el paso, detenerse o galopar y los caballos ajenos no siempre están dispuestos. Es una simple alegoría que pinta la realidad de éste último trimestre del 2006, en nuestras tierras, dejando inclusive de lado lo que ocurre en la Gran Aldea. Es una cuestión barrial.
Desde Venezuela han preparado pacientemente el tablero sudamericano para la gran partida fundacional del Imperio Bolivariano Revolucionario, la obra sigue pero con “relantiseur”. Primero hay que resolver como se aplasta a la oposición en las elecciones de diciembre, operación que de resultar exitosa será el preámbulo de una “refundación” de Venezuela.
Argentina atada a los petrodólares Chavistas y al liderazgo substituto de Castro, quisiera embestir de una vez por todas, antes que se le quemen los papeles y reemplazar las FFAA por una milicia popular asimétrica, para lo que se instala la idea que persiste la capacidad operativa de la “derecha católica militarista” a través de “desapariciones y amenazas”.
Las elecciones de fines del 2007 se les han complicado, la torpeza de sus mercenarios anticiparon y nacionalizaron las elecciones en Misiones que pueden ser el “efecto dominó” que desmorone todo.
Bolivia en pleno cortocircuito institucional, organiza una fiesta demasiado grande para dirigentes con pocas luces. Sin haber resuelto ninguno de sus problemas, se ocupa exclusivamente de la instalación de bases militares venezolanas en sus fronteras con Paraguay, Brasil, Perú y Chile, la frontera argentina es de libre circulación de los “pueblos originarios” para desestabilizar Chile y el noroeste argentino.
Tienen que aguantar, el Padrino del Norte esta muy ocupado y el del Sur, no tiene nada para dar y se le esta quemando lo poco que tiene.
Brasil para no ser menos, pidió permiso y se tomo un mes para resolver lo que presumían estaba hecho.
En Chile, la Dra. Bachelet paga el precio de ser socialista por su natural incapacidad para administrar la fuerza cuyo monopolio tiene el Estado, para asegurar y garantizar el orden y la seguridad interior y va de concesión en concesión mientras la guerrilla urbana se instala y practica en las calles de Santiago. Anticipo infalible de tiempos muy negros.
¿Tienen conciencia los Chilenos de la casi invisible penetración “tipo hormiga” que se produce diariamente a través de sus extensas fronteras? Casi estoy escuchando la sorprendida pregunta: ¿y estos de dónde salieron?
De un extremo al otro hay una relativa calma chicha y esto no dura, los tiempos queman. No se puede parar la rueda de la “Revolución”.

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