octubre 17, 2006

Se viene el tiempo

Parece que de la mano del clima templado y la crisis energética, falló el refrigerador y ha comenzado a descongelarse el subcontinente del sur.
Hubo elecciones en Ecuador y Brasil, hoy se juega un asiento en el consejo de Seguridad de la ONU, vienen las segundas vueltas y las elecciones generales en Venezuela.
Hay cientos de noticias que parecen calcadas.
Lula ganaba sin sobresaltos en la primera vuelta y no se dio. Los analistas encontraron dos explicaciones, las denuncias de las últimas semanas sobre corrupción y haberse negado a debatir. Un análisis infantil o de pura mala leche.
A los brasileros como a otros, la corrupción ni les tinga a la hora de decidir el voto.
Sobrevivieron a Collor de Melo y los que tenían siguen teniendo, los que andan escasos de efectivo siguen igual que antes. En general todos recuerdan al perro del hortelano, hay que comer y dejar comer. No es lo ideal, es lo que hay.
Las cuestiones institucionales o la moral cívica no le quitan el sueño a la masa de votantes acuciados por necesidades y problemas más reales. Las mayorías no se entregan a elucubraciones académicas o intelectuales y sabiamente desconfían de los que “generosamente” pretenden hacerlo por todos, con títulos comprados y antecedentes vergonzosos, (los muertos guardados en el ropero por la impunidad del sistema).
Quedaría en pié la cuestión del debate televisivo, muy importante para los sajones y una verdadera estupidez para los hispanos. Solo útil para que la prensa venda y los analistas trabajen complicadas teorías de laboratorio.
Finalmente se hizo un debate y el anuncio fue que Lula como consecuencia del mismo, había consolidado su intención de voto. Sorpresivamente se anunció la suspensión del segundo round mediático por problemas de agenda. Acépteme que en esta turbulencia no es fácil ver debajo del agua.
A mi entender Lula debiera estar muerto y enterrado si no fuera por el discurso estéril de la oposición, que teniendo cientos de sólidos argumentos, utiliza únicamente los más mediáticos e intrascendentes, signo inequívoco a mi entender de falta de envergadura. Como nunca la historia en América va de la mano del tiempo. Quien acuciado por problemas internos de un paso a destiempo se desbarranca.
Ecuador por idéntico camino, después de aparecer en los titulares para resaltar el avasallador avance del Sr, Correa el socio y amigo de Chávez, terminan las elecciones y se desmorona otro triunfo cantado. Habrá segunda vuelta y el emperador bolivariano sigue demasiado ocupado con armar un escrutinio que amenaza con destronarlo.
Un tablero enredado, tanto que en Argentina no terminan de decidirse si el Rey va al frente o sacrifica a la reina. Las mentiras ya son insostenibles y las ollas a presión estallan en cadena en menos de un año. No es casual que aparezcan escribas y lenguaraces, desactivando candidatos a medida y susurrando otro nombre, el as prolijamente cultivado y guardado en la manga, mientras las supuestas cabezas de la oposición se mantienen en prudente “stand by”.
Ni como tendencia me alcanza para descorchar una botella y festejar, no puedo apartar del pensamiento la imagen del cangrejo que opera con dos pinzas, una derecha y otra izquierda. Ni Castro o Chávez existen por libre decisión de sus pueblos, fueron cada uno a su manera instalados, protegidos y promocionados como los malos, para lo que les sobraba el “physique du rol”. Es mi reiterada interpretación.
El tiempo es tirano, por lo que en vez de cerrar el artículo lo dejo entreabierto para esta semana. Todo parece indicar que se cumple una vez más aquello: “que el hombre propone y Dios dispone”.

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