septiembre 14, 2006

Daños colaterales

Los daños colaterales siempre existieron, lo novedoso es que hoy tienen más entidad que los directos.
Casi exclusivamente el término se emplea para referirse a los que afectan a ciudades abiertas y población no combatiente, es lo que hace ruido y sangra, tiene la necesaria carga sensiblera para ser utilizado como arma de propaganda y acción psicológica.
Existen otros de los que poco se habla y no son menores, accidentales o deliberadamente provocados. Ya se sabe que en la guerra todo vale y como se ve lo de colateral es simple cobertura, hablamos de los daños colaterales políticos.
El conflicto del cercano y medio oriente y sus derivaciones ha sido pródigo en ellos; se llevó a Aznar y a los Populares, a Berlusconi y la liga del Norte y hoy lo amenaza a Blair y los laboristas, no es cuestión de las llamadas izquierdas o derechas, ni tan siquiera es la mayor o menor adhesión a las políticas de los EEUU.
Que los atentados terroristas sean solo amenaza, presuntos supuestos o hechos reales, han tenido un denominador común que se llevó por delante a los lenguaraces. En todos los casos subyace el irresponsable manejo de la información, la duda, que potencia el efecto buscado por la acción terrorista. Duda que en la población ha llegado al extremo de no tener certeza si la acción violenta o la amenaza son producto de alucinados terroristas o simples operaciones de acción psicológica con fines electorales, para encubrir groseros errores o preparar la opinión para aceptar aventuras inaceptables y sin razón.
El terrorismo, real o fraguado y el contraterrorismo allanan un mismo camino: Un mundo seguro a expensas de la libertad. Es una ecuación que no tiene vueltas. Seguridad y orden son inversamente proporcionales a la libertad. Es imposible asegurar una sin restringir la otra. Moraleja: a cargo del lector.
Son las dos pinzas del cangrejo, una a la derecha y otra a la izquierda trabajando para mismo objetivo.
Llegará un día cuando se escuchen reclamos a las crecientes restricciones, que muy sueltos de cuerpo los “líderes” dirán: “Son los lamentables daños colaterales de la búsqueda de la Paz y la Seguridad”.
No hace muchos días, me refería al impacto en el progresismo sudamericano de la crisis en el cercano oriente, hoy parece que el huracán es mucho más extenso.
Sumado a otras cuentas pendientes se lo va a llevar por delante a don Tony Blair. En Londres hay mucha basura bajo la alfombra y a la hora de mostrar miserias los británicos nunca fueron remilgados, si no pudo aquietar las aguas con sus promesas de irse, comenzarán a aparecer los trapos sucios y el que se quiere quedar va a saltar como corcho de champagne.
No parece una época para jugar con fuego, hay cosas que se sabe como empiezan pero no donde y como terminan, el cimbronazo se puede terminar llevando mucho más que el primer ministro.
Si esto sigue como viene, el primer incidente con la fuerza de Paz de las Naciones Unidas, va a producir más ruido en Europa que en el Líbano.
George W. Bush no pasa por su mejor momento y se le están acumulando muchos problemas en el vecindario para ocuparse de los amigos, buena costumbre que nunca fue una debilidad de los EEUU.
Es curiosa la historia política de los últimos años en Inglaterra, sus jefes de gobierno cayeron por la acción de sus propios partidos o en medio del escándalo provocado por sus ministros y funcionarios. Blair ostenta el record de haber ganado sucesivamente las últimas tres elecciones y bruscamente cae en las estadísticas e intención de voto, esto no parece responder a cuestiones de política interna, aún cuando tenga cuentas pendientes.
En la opinión de Inglaterra no cuajaron las explicaciones a las múltiples bombas en el subterráneo y en los “buses” ni el supuesto posible plan contra los aviones y su parafernalia de interpretaciones y comunicados, caos aeronáutico en Londres y en el mundo y al Primer Ministro no se le mueve un pelo ni considera prudente interrumpir sus vacaciones en el caribe. Muy semejante a la patética imagen de Bush en una escuela cuando le comunicaban que dos aviones se habían estrellado contra las torres.
Casi parece más relevante a la hora de interpretar, la adhesión a los tortuosos procedimientos de acción psicológica y comunicación del gobierno de los EEUU que a su política exterior.
Con motivo del aniversario del 11-S desde los EEUU, se ha dado una notable cantidad de información e imágenes revelando la absoluta incompetencia de los servicios de inteligencia, el colapso de las comunicaciones y de la cadena de mandos en una emergencia. Si esta es la punta visible del icberg que se puede espontáneamente mostrar ¡Como será la masa sumergida!
No había concluido la exhibición de miserias e impericias que ya Hugo Chávez, provocador profesional, tomó el libreto que le enviaban de Washington en bandeja de plata para atribuir la responsabilidad del atentado al gobierno de Bush. Parece aquello “que la culpa no la tiene el chancho sino quien le da de comer”.
Si el terrorismo es una herramienta de las nuevas guerras asimétricas de 5º o 6º generación y el objetivo es destruir el poder de los EEUU, no tengo ninguna duda que se ha llegado a un punto que no se requieren bombas sólidas o liquidas, misiles ni contaminación del agua o siembra de pestes, basta y sobra con darle cámaras y micrófonos a los funcionarios, para que el gigante caiga solo.
Según se ve estos daños colaterales vienen en cascada, lo grave es que se puede sostener cualquier despropósito y hacer cualquier cosa, cuando se dan sin que nadie los pida los argumentos, que el mediano sentido común no alcanza a explicar tanta irresponsabilidad e incompetencia.
Tal es el nivel de confusión que da miedo decir o escribir. Tengo muy en claro lo que veo y pienso, de lo que no tengo certeza es que ocurrirá en el próximo segundo y que interpretación dará el lector a este artículo, cuando mañana se publique.
Toda la prevención y desconfianza es poca cuando hasta la propia sombra tiene cara de hereje.

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