mayo 17, 2006

¿Hay otra cosa?

Desde hace días estoy tratando de salirme del contaminado microclima americano, miro el mundo y caigo en la cuenta que por una deformación cultural o un atavismo genético mis ojos van derecho a Europa y la imagen es casi la aberrante sensación de ver la nada. O al menos nada distinto de lo que pasa en la esquina.
Recuerdo que no hace un año ardían hogueras en toda Francia sin ser vísperas de San Juan, dicen que eran los inmigrantes. Los expertos sentenciaron que era el fracaso de los planes de integración, la marginación social y toda la consabida retahíla. Como vino se fue, sin que se hubiera modificado un ápice nada. Tiempo después los estudiantes por una modificación a las condiciones laborales volvieron a las fogatas, ¿Las terminales automotrices necesitarán aumentar las ventas? Se retiró el proyecto y aquí no paso nada. Suena a provocación o eran los primeros cartuchos de una interna salvaje que hoy continúa para posicionarse frente a las elecciones. Distintos nombres, distinto idioma y la misma película que vemos todos los días. Creo que me será difícil salir de casa, al menos estos bueyes los conozco mejor y en materia de trampas, lo que nos falta de elegancia nos sobra de eficiencia, cuando ellos van nosotros volvemos.

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