abril 26, 2006

Prevenir, una prudente costumbre


En todos los ordenes se la va dejando de lado y como no podía ser de otra forma con gravísimas consecuencias.
Le costó el cargo al Intendente de Bs. As, y le va a costar a su sucesor y al gobernador bonaerense. Es interminable la fila, pero por propio mérito la encabezan.
Colapso sanitario en la Capital, al que seguirá el del la provincia por vía de la desmedida contaminación, son los últimos botones del muestrario. No precisamos gripe aviar ni virus del Nilo, estamos prolijamente organizando nuestro propio genocidio
Hay otras que pasan desapercibidas y son más graves, por cuanto afectarán a la población y a la Nación en cuanto país jurídicamente existente.
No es un secreto la acumulación del poder, ni que el empleado viaja sin dar cuenta a nadie. La Constitución prevee un orden sucesorio en caso de muerte o incapacidad absoluta para ejercer el cargo. Creo que debe haber tantas medulosas y fundadas opiniones, como especialistas interrogados acerca de quien determina ésa incapacidad. De cualquier manera, discusión mediante es un verdadero trámite que puede llevarle meses a la Suprema Corte o conseguir quórum en el Congreso. Si muere se simplifica el trámite, asume el vice, el problema va ser de el, que no sabe como funciona el aparato. A punto tal que ni puede pisar la Casa de Gobierno cuando está institucionalmente en ejercicio del cargo. Es difícil apartar del recuerdo la imagen de Lyndon Jhonson jurando en el Air Force One, con un mecanismo prolijamente aceitado. La acefalía suele ser la antesala del caos. Se considerará de mal gusto, imponer este debate e implementar la solución, de peor gusto va a ser no hacerlo.
Sin lugar a dudas le importa un comino lo que pase, es muy fuerte el temor que alguien pueda soñar solamente con la posibilidad.
¡¡¡Oh la Monarquía, no era tan mala!!!

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