marzo 24, 2006

Un día necesario


El 24 de Marzo de 1976, tuvo necesariamente que ocurrir, el caos y el vacío de poder de quienes lo debían ocupar y los que lideraban las instituciones de control de la República lo hicieron necesariamente impostergable.
La permanencia expresamente alimentada del odio a más de 30 años, es la más acabada prueba que fue imprescindiblemente necesario. ¿Alguien puede imaginar, a la vista de lo que hay, dónde estaríamos ahora de no haber sido militarmente vencidos?
No fue una aventura, fue lo posible; y por no buscado, querido o preparado salió como salió. La Argentina de hoy es su resultado directo, como lo he sostenido muchas veces. Las FFAA son profesionales de la guerra y con profesionales de la guerra se la ganó y se perdió la Paz, por ausencia o incapacidad de conducción política.
Salvo que circunstancias excepcionales hagan posible que el jefe militar sea a la vez un político y estadista de fuste, o esté sometido a quien lo sea y haya asumido desde el principio la responsabilidad y decisión de la campaña, el resultado final está cantado: fracaso en el sentido de no poder alcanzarse el objetivo de cualquier guerra que es la Paz, ocurrió, ocurre y seguirá ocurriendo en todo el mundo.
La Nación aunque irreconocible existe, se detuvo momentáneamente el caos. Hoy pueden los apologistas del terror subversivo reunirse y hacer actos, todo frente un pueblo que les sigue dando la espalda (ver: "
El feriado del 24 ya es un boom turístico") Pretenden un “lavado de cerebro” a la Nación, demostrar un poder del que carecen, pueden avergonzarnos ante el mundo, y repartirse indemnizaciones a costa de todos.
El 24 de Marzo nos dio tiempo, y por ése tiempo ¡¡¡GRACIAS!!! Por haber asumido el riesgo que la incapacidad de los civiles que somos todos, políticos, dirigentes y simples ciudadanos que votan, no quiso tomar. Nadie está excluido de responsabilidades; los gobernantes, los que los eligieron y los que comenzaron la guerra.
Que Dios tenga en su Santa Gloria a todos los que cayeron combatiendo de frente. Porque los que viven trabajando de víctimas son todos farsantes, traidores y delatores. Que no permita que la cobardía, la estupidez y la ceguera, nos vuelvan a precipitar al abismo.
Siguen provocando y buscando sangre, los que mienten, los que los apañan y los que hacen de cronistas de lo que jamás vieron. Cuando llegó aquel 24 la Argentina estaba pasada de sangre y de violencia, de despiadados asesinatos a inocentes y ya se sabe que desde siempre la sangre pide más sangre. Quiera Dios cerrarles la boca de una buena vez por todas. Están sembrando huracanes.
Dios nos proteja.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente broche final para una serie sin desperdicio
Adelante