marzo 28, 2006

Miedo

No solo se lo huele sino que se lo ve. Reviste la forma de inquietud, prevención y temor entre los que no tienen compromisos políticos o ideológicos de servil obsecuencia; en los medios de prensa, periodistas, comunicadores, conductores de programas de opinión, que va más allá de la conocida “bajada de línea”; y miedo, entre los funcionarios y empleados del estado. Miedo a ser sospechado de “remiso” en adherir a las manifestaciones o sugerencias de los “capo mafia”; en la calle, en los barrios, en cualquier asociación o agrupación cunde una verdadera desesperación por organizar actos por la memoria, los desaparecidos, por tener una victima en la familia, mostrarla y exhibirla, no dejar pasar un micrófono o periodista sin manifestar su dolor y angustia por “los años de plomo”, los 30.000 desaparecidos, la justicia, la verdad y todo las letanías paganas.
Verdadera desesperación por mostrarse y si es posible que quede la foto con una sábana pintarrajeada con el “nunca más!” Y esto se llama MIEDO al absolutismo cuyos tentáculos llegan a todas partes, a su impiedad a su odio y revanchismo sin medida.
¿Cómo no va haber miedo si apenas se lanzó la acusación contra un ex ministro de Economía ya estaban marchando contra su domicilio la nuevas “formaciones especiales”? Verdaderas SS a efectuar un “escrache”, eufemismo argentino para referirse a las operaciones de las juventudes nazis contra los judíos. Cada día que pasa es mayor el parecido entre el régimen patagónico y el III Reich.

El miedo también tiene límites si no se lo alimenta con sanciones “ejemplarizadoras” que lo mantengan vigente. No habrá querido ser el efecto buscado pero es su natural consecuencia, por lo que sólo cabe esperar que se agraven todas las amenazas, las medidas coercitivas y la persecución a toda libertad de expresión o de pensamiento. Se va a entrar por imperio de las circunstancias en una verdadera bola de nieve.
Es lo que hay, no invento nada. Los que hoy apoyan y repiten hasta los eructos del poder, en algún momento van a caer en la cuenta que se puede dar vuelta la tortilla y van a quedar pegados entre el miedo a lo que hay y el miedo a lo que puede venir.Esto lleva a que se agrave el pecado capital de la tiranía, su falta de legitimidad, carece del sustento en una opinión libre y se apoya únicamente en el la fuerza de un ejército de mercenarios, cobardes y resentidos. La historia del mundo ha dado ya un juicio inapelable acerca de lo que ocurre a quienes se apoyan en estos puntales. Cobardes y mercenarios no pueden aspirar a lealtad, porque son la imagen de la mentira y el engaño. “Cría cuervos y te sacarán los ojos” dice la sabiduría popular, con razón no la conocen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MUY BIEN. SEÑOR,TIENE UD RAZON Y ADEMAS TIENE PELOTAS