noviembre 25, 2005

La historia como herramienta política


Desde el principio de esta página ha sido un tema recurrente, lo he tratado en relación a España y América. Es reiteración de una práctica muy antigua. Demoler iconos héroes y leyendas para reemplazarlos por otros que se presentan afines a las nuevas ideologías o se los rellena de basura.
Se está construyendo un nuevo país y una nueva América, se necesita una nueva historia, nuevas tradiciones y creencias.
Paradójicamente es obra de los que se llaman progresistas librepensadores, que en la práctica no respetan nada y aplican las mismas técnicas de propaganda de las más sangrientas dictaduras que ha conocido el mundo, “miente, miente, que algo quedará” la perfeccionaron Goebbels y los soviéticos con el aplauso y beneplácito de sus eternos “compañeros de ruta” los inofensivos idiotas útiles.
Un periodista de espectáculos, Pablo Sirven, en La Nación aplaude sin prudencia ni retaceos el nuevo ciclo de historia novelada que lleva por sugestivo título “Algo habrán hecho”. Y me explayo en este dato porque es precisamente La Nación que publicó, pocas semanas atrás, una nota de su columnista Mariano Grondona, embistiendo contra estos que llamó “improvisadores de la historia”, que de improvisadores no tienen nada.
Todos los diálogos, comentarios e imágenes dicen más que el guión, son los que llevan la dosis de veneno escondida, no en vano está producido por un conocedor de las técnicas televisivas, Mario Pergolini, sorprendentemente la cabeza visible de una de las tres productoras dedicadas desde hace tiempo, con el disfraz del humor, a hacer burla y destruir todos los valores de la sociedad Argentina.
Si no lo cree revise los contenidos de los programas producidos por Cuatro Cabezas, Endemol y P.P.T (pensado para televisión). Las sorpresas siguen, canal 13 por el que se emite este ciclo, es parte del “multimedio” Clarín, criadero del que han salido casi todos los conductores, pseudoperiodistas y panelistas que se reconocen por la imposibilidad de decir más de cuatro palabras, sin referirse con gestos de asco a las “dictaduras militares” los “genocidas”, las FFAA y la Iglesia o babearse de placer para referirse a las madres, abuelas de desaparecidos y delincuentes de toda laya. Su autor: un tal Felipe Pigna, que un día descubrió el éxito mediático de la llamada “prensa del corazón” y decidió hacer lo mismo con los hombres que hicieron la historia, sin tener siquiera el mínimo respeto que los cronistas del espectáculo tienen por artistas y vedettes, su objetivo no era solo llenar la bolsa sino destruir y para ello tiene de ladero a un infaltable Hermano tres puntos: Pacho O´Donell.
La reiteración ya esta demasiado a la vista, otra contradicción fabricada; la TV basura contra la TV educativa (¿?). Honestamente me quedo con la basura, ya se sabe lo que es, no puede engañar a inocentes, resulta indigesta o queda el recurso de bloquear el canal.
Hay gente en los medios algo más lúcida que ya está poniendo las barbas en remojo, porque toda acción genera una reacción de igual valor y signo contrario y en la volteada caerán medios, periodistas, conductores y las empresas que con su publicidad paga el circo. Ha pasado en otras partes y aquí también estamos en el mundo.
Sepan señores que ya no se tolera ni la TV basura ni las siembras de ideologías encubiertas, aunque en lugar de palabras utilicen “mimos”, que hacen gestos para eludir las demandas.
La historia Argentina como la de todas las naciones, está repleta de hombros probos y de canallas pero ya no están para defenderse, sus intenciones por más evidentes que nos resulten están bajo la última justicia, la de Dios que es inapelable y eterna.
Mal o bien fueron hombres de su tiempo, en un medio que no era el nuestro; aniquilar su memoria para servir las actuales políticas e ideologías es la más bastarda de las cobardías. Afirmar como hace Pigna, que no hubo una primera invasión inglesa porque la primera invasión fue la de España, es propio de un apátrida que está de más en esta tierra. ¿Qué se puede decir de su afirmación al comentario dirigido de Pergolini?

-Pero el General Alvear fue muy importante-
-Si le dio el nombre a la avenida más lujosa de Buenos Aires, y al monumento más caro-.
Esta es la nueva historia, la del calificativo despectivo o la insinuación mentirosa. Es la TV educativa que aplauden los comentaristas de La Nación, la que formará las nuevas generaciones de iconoclastas llenos de odio, que un día porque si, le prenderán fuego a la Patria es decir a usted y a mi y a nuestros descendientes si de cuajo no los paramos antes.

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