noviembre 21, 2005

Hacia la disgregación por el camino de los regionalismos y las autonomías


Esta vez me meto con un problema candente en España y que se insinúa en otras tierras. Hace rato me da vueltas en la cabeza y como se que toca fibras sensibles no hago juicios sino solo reflexiones acerca de lo que veo e intuyo.
Admito que se trata de un “berenjenal” y que no hay que meterse en camisa de once varas. Se dirá con razón que “los de afuera son de palo” o que más vale que antes de mirar la paja en el ojo ajeno mire la viga en el propio, y no le falta razón, pero como tengo muy clara la historia de nuestra América y sus consecuencias, la cuestión me toca. En estas tierras lo vivimos; 200 años de enfrentamientos, matanzas entre hermanos y cicatrices que nos siguen dividiendo ¿todo por que? Por aquella falsa contradicción entre absolutistas y liberales, los mismos que después de haber disgregado América, hoy la empujan a integrarse con argumentos económicos y comerciales. Esta cuestión, caliente hoy en España está presente o palpita en muchas partes, por lo que pasa a ser un tema de interés general, tan general que en la superficie o bajo cuerda esta presente en Bolivia (Santa Cruz de la Sierra) Ecuador (Guayaquil) Italia (la del norte y la del sur), en las dos Irlandas, Brasil no está exento ni la Argentina, en cualquier momento puede aparecer en Francia y Alemania y aunque cause sorpresa en los mismos EEUU.
No son las mismas causas históricas o actuales, una mirada liviana dirá no tiene nada que ver una cosa con la otra. Se podrá pensar que meto a todos los gatos en la misma bolsa pero hay una línea y un argumento común en todos, es casi una reedición de Alejandro cortando el Nudo Gordiano (cortarlo es solo cuestión de fuerza bruta, deshacerlo requiere ingenio y paciencia).
Es como ver una manada de búfalos corriendo hacia un precipicio: ni sé, ni me interesa que piensa cada búfalo o porque corre en la misma dirección de los otros, solo se porque lo veo, que van al mismo lugar y no va a quedar ni uno vivo.
Todas las naciones de hoy son el producto de unificaciones o anexiones de estados o reinos vecinos o de repartos hechos por extraños, por razones políticas selladas por alianzas matrimoniales, tratados internacionales o la fuerza de las armas.
Fueron decisiones de las “cumbres” al margen del interés o bienestar de sus súbditos, tan es así que los catalanes nunca dejaron de serlo aunque su tierra fuera parte del reino de Aragón. Ni los sicilianos dejaron de serlo, aunque en el poder estuviesen fenicios, griegos, cartagineses, romanos, normandos, franceses o hispanos.
La historia, las antiguas tribus y el idioma está siempre implícita o explícitamente escondida en la raíz de la cuestión que algunos aprovechan impúdicamente para montarse en la falsificación de la historia y acumular argumentos para hacer llamados al atávico inconsciente colectivo.
Todos saben que esos argumentos por muy reales y ciertos que sean hoy no movilizan a nadie y termina apareciendo la verdadera razón: “la económica”, con dos “sólidos” argumentos, dichos o sentidos con sordina; ¿Por qué nuestro esfuerzo y nuestros impuestos tiene que mantener a los vagos de éste país, con el que nada tenemos que ver y siempre nos perjudicó? O ¿hasta cuando vamos a tolerar a estos explotadores?. “Hic jacet lepus” o: “acá está la madre del borrego” para quien lo prefiera en castellano, español o como lo quiera llamar. Permítaseme antes de seguir una consideración; el índice y el pulgar hacen casi todo el trabajo pero sin los otros tres dedos casi está faltando la mano.
Si los ejemplos citados le resultan insuficientes le doy otros dos siempre calentitos: los Balcanes, (serbios, croatas y bosnios herzegovinos) y Cercano Oriente o más precisamente Tierra Santa, donde Israel niega que los primitivos habitantes de Canaan, de quienes se supone descienden los Palestinos, fuesen antiguas tribus judías. Ésta cuestión y los derechos de los Israelitas a su tierra prometida ha ocupado a través de los siglos casi toda la historia conocida y aunque parezca increíble en este mundo político moderno, tan agnóstico y ateo, se sigue discutiendo el legado de Dios, sobre un pedacito del Universo que creó. Cosas veredes Sancho...
Pongamos los puntos sobre las íes: creo que no tiene discusión que este tiempo que vivimos es de un creciente retorno al pasado, retorno a las primitiva barbarie en todos los ordenes como la reaparición de la esclavitud aunque hoy sea de saco y corbata, la vuelta a ley del más fuerte, la reaparición de los depredadores esta vez bípedos, y la disgregación que parte de la familia que es la célula de la sociedad y se extiende cual mancha de aceite hasta los estados y las naciones que están en la punta de la pirámide, de las organizaciones sociales intermedias creadas por el hombre, sin dejar ninguna de lado.
No se puede ir contra el tiempo y contra la historia pero se puede resistir o al menos encontrar la forma que no nos aniquile.
Si cualquier nación del mundo apenas puede hoy mantenerse a si misma, ¿de dónde esta ridícula y soberbia pretensión de hacer de un huerto un país casi soberano?, ya nos olvidamos cuanto de cierto hay en aquel “l’unión fait la force” (ver: "Inviables"). Todos comienzan en Comunidad regional, siguen el himno, la lengua y la bandera. Atrás aparecen las autonomías con estatutos y sin pensarlo van derechito a Nación soberana, y en ese punto aparece una reflexión: “estos canallas nos siguen “tomando para el churrete”, les vamos a enseñar; hay que incorporarse a las Naciones Unidas, así aprenden”. Después de la ONU viene el club de los Pirineos, la Libre Asociación de Estados Mediterráneos, el Banco Mundial, el FMI y “anda mais” ¡ Zas! Ya en vez de un patrón depredador hay cientos. Una vez que se comenzó a marchar por ese camino una cosa trae la otra y nadie sabe donde va. ¿Será posible que no se aprenda nada?. Serán felices cuando acaben siendo factorías fenicias.
Lo que se inicia como un negocio por razones económicas no puede terminar de otra forma, desgraciadamente siempre hay otro más rico o más fuerte.
Hay muchos lobos en los alrededores y ellos jamás olvidan el principio de “divide y reinaras”
Lo que moviliza estas inquietudes es exactamente lo mismo en la Argentina y en casi todas partes del mundo. Toda la recaudación y el esfuerzo van a parar a las arcas sin fondo del Estado que las redistribuye de acuerdo a las conveniencias políticas de los mercaderes gobernantes, y acaban siendo una herramienta para construir alianzas y clientelismo que aseguren su permanencia en el poder.
Esto no se resuelve rompiendo el país, es otro ejemplo del facilismo al que recurren los que carecen de ideas. Si no sirve el que administra o las leyes que regulan la distribución, se las cambia, y si no se puede, esto es una dictadura o si son más los que dicen no a los que dicen si, joderse, a eso le llaman democracia, sistema en el que el poder de los números es superior al de la razón. O llamamos a las cosas por su nombre y las aceptamos como son o lo decimos las cambiamos o las reformamos.
Personalmente no tengo dudas que tanto vascos, catalanes, gallegos o andaluces, irlandeses, italianos ni en sueños piensen en separarse de sus naciones, pero hay caminos que no se deben empezar a recorrer sin mucho cuidado; como dicen en España, “más de uno se pasó 14 pueblos” y si ocurre no hay retorno, no va a ser el primero que iba hasta “estatutos” y se despertó en “Soberanía Nacional”.
Pedirle o esperar prudencia de los políticos es como buscar margaritas en el chiquero, solo la firmeza y decisión de todos puede evitar un desastre, siempre es preferible poco de algo mediocre a nada.Hoy si se miran bien las naciones, todas tienen sus propias colonias dentro de sus territorios. Los que trabajan y producen lo hacen para que consuman y disfruten los habitantes de las metrópolis, como antes y como siempre. Estallaron y desaparecieron las colonias de Fenicios, Griegos y Cartagineses, la de los Europeos en América, Asia y África, no veo un solo argumento o razón para que no vuelva a ocurrir cuando todas las condiciones están dadas, particularmente cuando antes que lucidez para abrir otro camino, lo único que se ve es una enorme mala leche para negar la realidad y la incompetencia de insistir en “soluciones” fracasadas. El error no se corrige con más errores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y porqué se dice descendiente de Vascos, Asturianos, Gallegos y no de Españoles en general?
Ud creen que la tierra es sus antepasados es un huerto?